martes, 3 de enero de 2017

23 Fastos


Fastos

Antonio García Velasco



Le tocó la lotería y se sintió bastante desgraciado, ya que tanto dinero le haría cambiar su vida sencilla, interesante y parcialmente feliz. Tenía bastante con su trabajo y sus entretenimientos informáticos: correos electrónicos, relaciones en Facebook, twitter y otras redes sociales, sus navegaciones por páginas web, sus videojuegos, sus pequeñas travesuras de hacker... No necesitaba más. Salvo el amor. Y Elena Trigo lo comprendía, lo aceptaba, lo amaba a su manera. Fue ella quien le dijo: "Debes cobrar el premio antes de que caduque. Luego decides". Fueron millones los que cargaron en su cuenta bancaria. La primera compra fue un regalo para la joven: un esplendoroso juego de joyas: diadema, collar, pendientes, broche, anillo... También un coche. Decidieron casarse. Ella comenzó a vivir como una reina. Él, como un proscrito pegado a la pantalla de un moderno ordenador.


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