sábado, 7 de enero de 2017

25 Desquiciamiento


Desquiciamiento

Antonio García Velasco


No era la luz divina. Se trataba sólo del rayo más intenso de la tormenta. Su desquiciamiento, en cambio, operó la transformación en su mente. A partir de ese instante, comenzó a mostrarse como un iluminado. Los iluminados son fanáticos por naturaleza. Se creen elegidos por Dios y, en consecuencia, viven sus ideas como verdades absolutas, indiscutibles y destinadas a ser impuestas al resto de los mortales. De este modo comenzó a ejercer su cargo ostentando una superioridad extrema, muy por encima de lo aceptable. Cierto es que el poderoso ejército de su nación le permitía el uso de la fuerza contra cualquier oponente. Y se subió tanto y tan alto que, naturalmente, en la caída, el descalabro fue absoluto. Ni en su propia familia pudieron aguantarlo. Hoy vaga todavía creyéndose un dios destronado por la maldad de los seres humanos. Y confía en que llegará el momento cumbre de su triunfo y gloria. Pobres, obviamente, de quienes encuentre en su camino y se muestren dispuestos a escuchar sus divinas peroratas.

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