viernes, 31 de marzo de 2017

Microrrelato 108 La bailarina ratera


La bailarina ratera

Antonio García Velasco



Iba por la calle causando la admiración con sus pasos de danza. La acompañaba una música invisible que se hacía oír por los transeúntes. Se acercaba con sus cabriolas a cualquier persona y, sin que nadie se diera cuenta, le hurtaba la cartera del bolsillo o el monedero del bolso. Todos celebraban la melodía que envolvía la situación y la agilidad de sus pasos de bailarina. Nadie advertía la presteza de su mano apoderándose de lo ajeno. Cuando los robados advertían la falta, ya se encontraban lejos del lugar y no se explicaban lo ocurrido, en qué momento. Habían celebrado el encuentro feliz de aquel espectáculo callejero, lo habían gozado. No podían imaginar una preciosa bailarina ratera, no podían concebir que tanto arte como derrochaba aquella joven fuese la causa del desaguisado de un robo. Un buen día, un curioso estaba obnubilado por los brazos y piernas danzantes, pero sus rápidos reflejos detuvieron la mano que intentaba despojarlo de su dinero. La mujer renunció al botín y continuó danzando como si nada hubiese ocurrido.

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