martes, 7 de marzo de 2017

Microrrelato 84 Ilusiones piratas


Ilusiones piratas

Antonio García Velasco



El pirata se había sentado encima del cofre asegurando y jurando por su ojo tuerto que no sabía donde se encontraba el tesoro. Les pareció poco serio el juramento y lo obligaron a repetirlo. Juró por su ojo sano y por las barbas de Belcebú. Entonces lo creyeron y se marcharon. Pensaba que los había burlado, pero, ahora, se le presentaba otro problema: ¿cómo esconder el cofre sin ser visto? ¿Optaría por pasar la vida sobre la dura tapa del arcón? En tal caso, ¿para qué le serviría el tesoro? ¿Y si Hacienda lo descubría como dinero negro? El problema quedó resuelto en el momento en que levantó la tapadera y sólo encontró el pañuelo bordado de una dama enamorada. Su consuelo fue soñar con el amor… y con el tesoro perdido.




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