domingo, 20 de marzo de 2016

Día Internacional de la Felicidad

Día Internacional de la Felicidad
Antonio García Velasco

En este empeño contemporáneo de sustituir el santoral por los “días internacionales” de esto o aquello, el 28 de junio de 2012, la Asamblea General de las Naciones Unidas instituyó el Día Internacional de la Felicidad que se habría de celebrar el 20 de marzo de cada año. Fue una iniciativa del Reino de Bután, situado en el Himalaya, pues allí la felicidad es más importante que el PIB o producto interior bruto.

La Constitución española de 1812 establecía en su artículo 13 que “El objeto del Gobierno es la felicidad de la Nación, puesto que el fin de toda sociedad política no es otro que el bien estar de los individuos que la componen”. Muy olvidado tenemos un artículo como ese. Acaso por lo del 13.

Los mensajes que circulan por las redes de comunicación son, con frecuencia, recomendaciones para ser feliz. Pero ¿seremos más felices por celebrar una vez al año el Día Internacional de la Felicidad? Servirá, al menos, para recordarnos esa necesidad de ser felices, aunque tal sentimiento sea tan efímero como una pompa de jabón.

Ni gobiernos ni gobernantes parecen estar hoy por la felicidad de los ciudadanos. Aquellos, los gobernantes, sí que parecen afanados en conseguir su felicidad centrada en el poder por el poder y el dinero que puedan conseguir. Pero pierden de vista el bello objeto que establecía aquella primera constitución española.

Nos preguntamos: ¿Se puede ser feliz con una amenaza permanente de subida de impuestos? ¿Con una vigilancia extrema que te coloca, sin mediar aviso, una multa-recaudatoria por parar un momento en una mediana, poco antes de que pasara por allí el mandado policía de turno armado de cámara fotográfica y pistola? ¿Se puede alcanzar la felicidad si no te llega el sueldo a fin de mes? ¿Se puede pensar mínimamente en ser feliz contemplando el panorama actual de injusticia distributiva donde unos pocos acumulan la riqueza frente a la multitud empobrecida? ¿Qué nos va a remediar el Día Internacional de la Felicidad? ¿Pondrá las primeras piedras para evitar las guerras, la pobreza, la desigualdad social e internacional? ¿Nos dirá quienes son los responsables de facilitar la vida que, por el contrario, la obstaculizan en provecho propio? ¿Empezará a quitar barreras a la migración y a poner fin a sus causas?...


Aún sin respuesta a tantas interrogantes, celebremos, con la felicidad que nos permita nuestra salud y circunstancias, este 20 de marzo de 2016, Día Internacional de la Felicidad. Amén.

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