Pectíneos
pagaderos
Antonio García Velasco
"Me duelen los pectíneos de tanto quererte, que no es baladí
el esfuerzo de los músculos del amor". "A García Lorca le dolían el
sombrero, el aire y el corazón: Por tu amor me duele el aire, / el corazón /
y el sombrero. ¿Qué importa que a ti te duelan los pectíneos?"
"No compares. Al poeta le duele el desamor y a mí los músculos del
ejercicio físico de amarte". "¡Que poco romántico eres! Eso no se
dice ni en las novelas eróticas". "La literatura siempre enmascara la
realidad. Un amigo decía que el pugilato amoroso equivalía a subir al Everett.
Pero ¡con que gusto escalo sin descanso tus cumbres amatorias!" "No
digas sin descanso, que ahora estamos satisfactoriamente relajados".
"Lamentablemente, los seres humanos lo único que podemos hacer más de ocho
horas seguidas es trabajar. En ocasiones, dormir". "¡Ay!",
exclamó ella depositando un cariñoso beso en la comisura de los labios de su
pareja.
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