miércoles, 24 de mayo de 2017

Microrrelato 137 Flatulencias


Flatulencias

Antonio García Velasco



Lo acababan de despedir, tenía flatulencias y malestar de estómago. Para colmo, le había hecho un restregón al coche contra una sólida columna. En tal estado de contrariedades, era fácil perder la calma y caer en la oscuridad destellante del malhumor. Pero poseía una extraordinaria facilidad para superar pesares, poner buena cara al mal tiempo y reírse de sí mismo y de los percances permanentes que la vida presenta. Con agilidad, realizó la maniobra de aparcamiento en la zona del parque. Se bajó del vehículo y recorrió, a buen paso, el trecho que lo separaba de la fuente pública. Bebió unos buches de agua fresca y se le aliviaron un poco los molestos vapores. Cuando se encontró con ella, se percató del nuevo reto: la mujer lo esperaba montada en la cólera de no haber recibido ni un céntimo desde que el juez decretara las condiciones del divorcio. “¿Y los niños?” “Juegan”, respondió ella desde la hinchazón de la rabia. “Hablamos”, dijo él mientras corría hacia la zona infantil.


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