Náufragos
Antonio García Velasco
El
avión real sobrevolaba un archipiélago de la Polinesia. El rey le preguntó a su
consejero: "¿Es verdad que Ching-tang destronó a Tie, mandándolo luego al
destierro, y que Wu-wang mandó dar muerte a Cheu-sin?" El ministro no
había elaborado mentalmente su respuesta, cuando comenzaron a sonar las alarmas.
El avión iba perdiendo altura… Vino a estrellarse en el Pacífico. Sólo un
superviviente: el rey, que consiguió nadar hasta una isla próxima. El único
habitante del lugar era la más bella de las mujeres, que apareció oportunamente
y proporcionó al náufrago los primeros auxilios. Cuando el hombre estuvo
restablecido y pudo darse cuenta de la situación, también se percató de que se
había enamorado de la mujer. Se prometieron amor y, al cabo de los años, la
isla fue un colegio en busca de soluciones de supervivencia y convivencia
pacífica.
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