El
gorrión joven
Antonio García Velasco
La
princesa rubia, de ojos grandes, pensadores y pies aniñados estuvo observando
que un gorrión joven e inexperto iba volando hacia su nido, se sintió cansado y
se posó sobre la rama de un árbol, donde fue abatido por el tirachinas de un
chico. El hecho en sí carecía de importancia, aunque a ella le sobrevino una
profunda tristeza. También era joven e inexperta, cansada se sentía en
ocasiones. Estaba aún en su hogar, el palacio, junto a sus padres, pero, ¿qué
ocurriría si, por cualquier circunstancia, se quedara sola, lejos de los suyos,
¿cómo volver a su nido? ¿Sabría encontrarlo? ¿Le faltarían las fuerzas? ¿Dónde
descansar entonces? ¿Le ocurriría algo malo mientras descansaba?... Después de
mucho buscarla por los alrededores del palacio, encontraron llorando a la
princesa rubia, de ojos grandes, pensadores y pies aniñados.
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