miércoles, 1 de febrero de 2017

49 El palimpsesto


El palimpsesto

Antonio García Velasco



La escritura antigua y oculta de aquel palimpsesto que encontraron detrás de los libros de una estantería de la biblioteca era un extraño tratado de fitopatología. Les costó mucho su lectura. No emplearon tintura de agallas ni reactivos químicos, sino la moderna técnica de las variedades de luz que permiten contemplar los textos borrados sin erosionar físicamente el documento. Para ello acudieron a Marga Cantos, la paleógrafa, que los recibió en su despacho en la Facultad. Andrés no la conocía personalmente y no pudo disimular el encantamiento que le produjo. Dedicada a la paleografía, pero moderna, desenvuelta y bella como pocas. Transcribieron el pergamino, conocieron remedios inauditos para las plantas, pero, sin remedio, como si el palimpsesto fuese Cupido, tras muchas horas de desciframiento, Andrés y Marga plantaron juntos un jardín de amor.

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