La joven seductora
Antonio García Velasco
Lo
tenía muy difícil para el amor. No sólo por su edad sino, sobre todo, por sus
numerosos desengaños amorosos. Pero, aquella joven era ¡tan irresistiblemente
hermosa! Hablaba con él con amabilísima fluidez, como si fuese la única persona
del mundo con la que empatizara. Lo tocaba y acariciaba con afecto como si
fuese algo propio. En ocasiones, se le mostraba insinuante y seductora. Cayó en
sus redes fascinado y, por fin, se atrevió a declararle el amor que sentía por
ella. Cuando, en correspondencia, se desnudó para la entrega amorosa y él
acudió para poseerla, en las manos de la joven apareció la guadaña y, ya sin
disfraz, segó su vida. Su muerte estuvo envuelta en un resplandor de belleza
extrema.
No hay comentarios:
Publicar un comentario