viernes, 14 de abril de 2017

Microrrelato 121 Los vaqueros rotos


Los vaqueros rotos

Antonio García Velasco



Sin saber cómo, la modelo senderista se vio rodeada de zarzas de robustísimos aguijones. Quedó enganchada y se le desgarraron los vaqueros por lugares diferentes. Al verse con unos pantalones descompuestos y guiñaposos no supo si reír, si llorar. Optó por la primera opción y puso de moda los pantalones rotos por la línea de la rodilla, los muslos o las bajeras. La sagrada moda consiguió que nadie se riera de los desgarrones, muy al contrario, ha conseguido que se pague por llevar pantalones rajuñados. "¡Si mi abuela levantara la cabeza!, se decía. ¡Ella que zurcía tan primorosamente para que los suyos no llevaran rotos!"




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