Felicidad
Antonio García Velasco
Una modelo famosa, tan
famélica como lagartija sin insectos que llevarse a la boca, decidió engordar
para ser feliz. No engordó demasiado, lo suficiente para aumentar su atractivo seductor.
Aprendió una cosa: la felicidad es un estado pasajero que no se mide en kilos. “Aunque
sí en volumen, dijo, pues mi barriga aumenta y ¡me hace tan feliz el hijo que
espero!”
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