Homenaje
Antonio García Velasco
Tal como soñara André Breton,
había “un hombre a quien la ventana partió por la mitad”. No se encontraba a sí
mismo en aquella incómoda postura. No halló remedio en la visita al
traumatólogo que le recetó analgésicos y antinflamatorios en pastillas y
pomadas. No encontró consuelo con las friegas de alcohol y romero que le daba
su madre. No halló alivio con la mantita eléctrica que amorosamente le aplicaba
su esposa en el corte de la cintura. Un buen día, un amigo le habló de una
fisioterapeuta llamada Inma, a la que pidió cita. Las sabias y hábiles manos de aquella mujer
le remediaron el mal en varias sesiones. Recuperó su estado natural y desde
aquel día de su curación se habla de una ventana a la que un hombre partió por
la mitad.
Un placer ejercer siempre con pacientes tan merecedores de dicho alivio! Gracias
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