El acreedor florido
Antonio García Velasco
Se llamaba Poquebe
y estaba considerado como acreedor florido, pues, cada vez que iba a reclamar
una deuda, obsequiaba con un hermoso ramo de flores: "Para aliviar la
dolorosa al deudor", explicaba. El día de pago, Dadajoz, como era el
cumpleaños de su novia, quería regalarle un ramo de flores. Esperó a que
apareciera Poquebe. Satisfizo la deuda, se ahorró la compra y ella, complacida
por las flores, estuvo muy complaciente y cariñosa.
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