Amor platónico
Antonio García Velasco
POR aquellos años, construyeron los
padres de la graciosa, hermosa, tierna Clarisa una mansión espléndida y él
pensó que tendrían casi tanto caudal como ella hermosura. Era hija única y sería
la heredera. "Pero soy un humilde monstruo de Frankenstein. Feo, deslavazado,
lleno de burdos costurones... Imposible enamorarla. Imposible reproducir la
historia de la bella y la bestia. Imposible entonar juntos canciones de amor...
Me resigno... Y seguiré reconcomido por la tristeza hasta el fin de mis penosos
días".
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