lunes, 12 de diciembre de 2016

Caminos inescrutables


Los inescrutables caminos de Dios

Antonio García Velasco



La gran dosis de ternura que el joven sentía por la bella niña quería manifestarse en forma de poema. Lo consiguió al fin, pero un poema como aquel, en contra de lo esperado, causó la risa y un sonrojo burlón en las mejillas. Mas peor fue la guerra. Ella murió en un bombardeo... Todo era ahora un recuerdo tristemente inolvidable, ¿quién le diría que fuese a vivir tales escenas de pánico? A Dios se consagró. De sus experiencias, sufrimientos y observaciones presentes saca los temas y los ejemplos para preparar sus sermones y, de ese modo, se ha convertido en el predicador más sabio y famoso de la ciudad. A las niñas bellas, no obstante, las contempla con nostalgia.


No hay comentarios:

Publicar un comentario