Manir la carne
Antonio García Velasco
¿De
dónde procedía? Nos preguntamos al oírla hablar de "manir la carne".
No dudábamos de sus habilidades culinarias y éramos conscientes de que una
parte -su habla- no equivale al todo, por muy metonímica que fuese la figura.
El cine nos tiene acostumbrados a la imagen o secuencia en la que se muestra un
valor duradero en breve unidad de tiempo: del personaje, por ejemplo, quieren
decir que realiza un arduo y largo trabajo, pues bien, para mostrarlo, se
inserta una sola escena que equivale a penosos años de vida muy dura. ¿Nos
autorizaba su expresión "manir la carne" a considerarla venida del
pasado o de una zona rural alejada del mundo contemporáneo? Pero, ¡qué extraño
nos resultaba cuando decía que había que manir la carne para que aquel plato consiguiera
su máximo sabor! Para nosotros maní es simplemente cacahuete. Vicente dijo que
él había usado una palanca para levantar un saco de manís. Por ello extrañaba
tanto que confesara: "Una vez no maní la carne al sereno el tiempo
adecuado y aquello sabía a demonios”. "¿Qué carne cocinaba?" “Carne
de gato que daba por liebre”, respondió para nuestro asombro.
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