miércoles, 22 de marzo de 2017

Microrrelato 99 El vigilante órfico


El vigilante órfico

Antonio García Velasco



El contador órfico llegó a la conclusión de que ellas fueron las oncenas checoslovacas que habían cruzado el umbral de aquella mansión. Llegaban siempre de dos en dos, entraban juntas y salían cada una por una puerta. ¿Quién las había llamado, quién las esperaba dentro? ¿Cuáles eran sus quehaceres en el interior? Si checas habían sido once parejas, las de otras nacionalidades eran ya de número perdido en la memoria. ¿La vigilancia órfica estaba relacionada con la pureza sexual de Orfeo? ¿Acaso querían conocer si el dueño de la mansión era digno de pertenecer al Orfismo? ¿Eran las mujeres tentaciones provocadas intencionadamente? Ellas, una vez que abandonaban la casa, desaparecían sin dejar huella. De las perseguidas se perdía su rastro siempre. Consiguieron, sin embargo, interceptar a Miluska Kres, que se limitó a decir: “Experiencia divina, imposible contar”.

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