La fuerza de
voluntad
Antonio
García Velasco
Una
pitillera repleta de cigarrillos, arrojada despreciativamente a un rincón fue
señal suficiente para su conjetura:
-Había
renunciado a fumar y, al verse impelido a tomar un cigarro, arrojó la cigarrera
con rabia. Estaba dispuesto a dejar el tabaco. Durante un tiempo llevó el
estuche para demostrarse a sí mismo que su voluntad era firme.
-Nada
tiene eso que ver con la muerte -apuntó el compañero-. Al menos yo lo veo de
ese modo.
-Es
un dato de sus últimas vivencias y, posiblemente, de su actitud.
-Que
fumara o no fumara es algo ajeno a un suicidio o un supuesto asesinato.
Una
vez desbloqueada la clave del ordenador, los archivos del disco duro y el
historial de navegación revelaron que, presuntamente, Machado López era un
maniaco de la perseverancia y la fuerza de voluntad. Miles de imágenes
coleccionaba en la carpeta "Voluntad": una manzana y unas onzas de
chocolate, junto a aquélla, "Yes" y junto a estas, "No"; un
presunto Sísifo empujando una bola de roca hacia arriba por la falda de una
montaña; una hormiga levantando un leño por encima del rótulo "FUERZA DE
VOLUNTAD"; cartelones con eslóganes como "Deja de decir desearía, lo
haría y comienza a decir LO HARÉ"...
-¡Un
momento! - detuvo Fermín Castro el pase de diapositivas-. "Deja de
decir... comienza a decir LO HARÉ"... Y lo hizo.
-¿Crees
que lo hizo para demostrarse a sí mismo que era capaz? ¿Como si de dejar de
fumar se tratara? -preguntó el compañero.
-Observa
la siguiente: "Lo haré porque puedo. Puedo porque quiero. Quiero porque
dijiste que no podía".
-¿Y
lo hizo?
-Lo
llevó a término, ciertamente.
En
aquellas conjeturas estaban cuando llegó el informe con la nueva de que Machado
López había sido asesinado y no se trataba de un suicidio, como se había creído.
-¿Asesinado?
La disposición del tarro de las pastillas ingeridas hacía pensar que las tomó
por propia voluntad.
-Pero
se han descubierto marcas de violencia de quienes lo obligaron a ingerir las
cápsulas. Aparecía vestido, trajeado y dispuesto su cuerpo en posición
milimétricamente calculada para inducir la idea de suicidio.
"La
voluntad fuerte es la mejor ayuda para alcanzar tus metas", figuraba en la
siguiente diapositiva que, de modo indolente y mecánico, había pasado el
inspector. "La fuerza de voluntad es el impulso interior que nos lleva a
vencer los obstáculos y a lograr nuestras metas".
-Nadie
puede tener la meta de morir.
-¡Los
suicidas! Esas marcas que revela autopsia podrían haberse producido con
anterioridad…
-Y
los asesinos bien pueden establecer la meta de matar y procurar que su crimen
quede impune.
-¿Con
quién vivía Machado López?
Los
interrogatorios a los vecinos más próximos revelaron que, con relativa
frecuencia, lo acompañaba una mujer. Logró la policía confeccionar un retrato
robot de la pareja, ocasional o de hecho, del difunto. Dieron la orden de
búsqueda y captura.
Pero
nunca hubo una mujer en la vida de Machado López, pues también descubrieron su
homosexualidad.
Por
conservar su prestigio y bajo el prejuicio de que su condición sexual le haría
perder su clientela, el abogado Machado López hizo siempre que su pareja lo
acompañara en sus encuentros amorosos con disfraz de mujer. No cabía otra
explicación.
-¿Y
el móvil del crimen?
Se
rascó la cabeza el inspector jefe con la mano de la duda.
-Por
lo pronto, el ordenador y las imágenes de la carpeta no pertenecían a él, sino
a su compañero -concluyeron. Necesitamos una foto de ambos, una pista que nos
lleve a descubrir al misterioso gay.
No
fue necesario indagar mucho más: una mañana, a primera hora, se presentó un
individuo en la comisaría con una cantinela que repetía sin cesar: "Fui
capaz, fui capaz. Lo amaba demasiado y no quería depender de mi pasión por él.
La fuerza de voluntad me llevó a hacerlo para liberarme de la dependencia y,
ahora, me doy cuenta de no puedo vivir sin su amor".
Amar sin dependencias....que quieran estar contigo, no que te necesiten......apasionarse sin obsesionarse.....respetar espacios....compartir sin exigencias.....todo esto forma parte del querer sin poseer...
ResponderEliminarNo conseguirlo puede ser tan enfermizo que se prefiera que no exista.... en el fondo solo es el miedo al amor y a enamorarse.....por temor a la perdida, a la que no queremos enfrentarnos. Sin darnos cuenta que al final perdemos igual y que merecía la pena el riesgo.
¿Llegar hasta el asesinato por demostrar una fuerza de voluntad desequilibrada?
ResponderEliminarY, esa misma fuerza, ¿se ignora para prevenir las consecuencias?¿Tanta pereza produce el pensar? ¿Tanta como para preferir la cárcel a la libertad? ¿A tanto llegan las civilizaciones acomodaticias?
¿Pondrá el protagonista la fuerza de voluntad para preparar una fuga, o, para resistir encerrado?
A veces se aconseja: "Haz lo que te dicte tu corazón" Yo añadiría: "En concordancia con todas las neuronas en armónica pujanza laboral".
Margarita y Juan, animáis a seguir escribiendo con vuestros comentarios expresando lo que os hace pensar o sentir. Gracias.
ResponderEliminar