No pudo recibirme
Antonio García Velasco
“...si la muerte no clava en la médula su
cuchillo de espasmo”.
(Pablo
García Baena, de Junio)
Como un poderoso distribuidor que nos
lleva a todos a la embocadura del estrecho y misterioso túnel de la muerte.
Como canto rodado que nos golpea en el río de la vida y en agua nos disuelve...
¡Oh, qué pesar! Son las palabras que Vicente Salguero escribió en su muro de
Facebook. Lo apodamos "Chato" y es un poeta que debiera medir mejor
el ritmo de sus versos. Fue él quien me robó el ejemplar numerado de la edición
facsímil de Junio de Pablo
García Baena. Según rezaba en el colofón, fue preparada por María José Jiménez
Tomé y Juvenal Soto. Figuraba el ejemplar de la primera edición en la Fundación
Bernabé Fernández-Canivell, que lo cedió con motivo del homenaje al poeta
cordobés tributado por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía. Del
año 1957 vino a resurgir en el 2003. Yo guardaba el ejemplar como quien guarda
una joya. Invité al Chato a tomar una cerveza en casa y, se ve, que no pudo
resistir la tentación de robarme el librito de aquella edición no venal de mil
ejemplares.
Su intención, según me ha confesado, era
aprovechar su viaje a Córdoba para que Pablo se lo firmara. Pero el destino es
imprevisible. En el Ave viajaba cuando recibió la noticia en el móvil:
"Fallece a los 94 años de edad el poeta y Premio Príncipe de Asturias de
las Letras Pablo García Baena. También fue distinguido, entre otros, con el VI
Premio de las Letras Andaluzas 'Elio Antonio
de Nebrija', otorgado por la Asociación Colegial de
Escritores, sección de Andalucía".
-Toma -me devolvió el libro a su regreso,
conmovido por la frustración-. Pablo no ha podido recibirme.
Alguna de sus lágrimas habían caído sobre
la portada del ejemplar que me devolvía.
La gran mayoría ignora a los poetas. Pero, quienes los admiran mantienen esa mirada hipnótica en los versos más allá de la vida terrenal de sus autores.
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