martes, 2 de enero de 2018

02 Relativismo


Relativismo

Antonio García Velasco



Dije:

-Basta que se resquebraje y caiga una columna del peristilo para que se resienta todo el edificio.

Respondió:

-Pero no basta con que se descubra un corrupto para acabar con toda la corrupción.

Insistí:

-Una sola columna caída amenaza toda la edificación.

Su respuesta fue:

-Depende de la fortaleza de la arquitectura general.

Reconocí su argumento:

-Una golondrina no hace verano.

Volvió a decir:

-Depende de la fortaleza de la arquitectura general, del tamaño de la edificación, de las medidas de seguridad y refuerzo con las que cuente cada unidad.

Repuse:

-Dicen que una manzana podrida en un cesto pudre todas las manzanas del mismo.

Replicó:

-Si no se saca a tiempo la podrida o se consumen las sanas.

Pregunté:

- ¿Estás defendiendo la relatividad?

Reconoció:

-Sí, cierto. Hay parte de cierto en la idea de que todo es relativo.

Comenté:

-Pero existen fanáticos que nada dudan, que se creen en posesión de la verdad, que jamás se preguntan por la certeza o no certeza de sus creencias.

Me dio la razón:

-Claro, piensan que solo existen verdades absolutas, las suyas, las que le transmitieron sus profetas o evangelistas, las que aprendieron de pequeños o en posteriores adoctrinamientos.

Pero no tuve tiempo de replicar, pues la había visto, hermosa y sonriente, y se marchó a su encuentro: por aquellas fechas estaba convencido de la firmeza de su amor. Sobre todo, porque ella le correspondía.

Sólo un tiempo después, nos encontramos y reconoció que bastaba una columna deteriorada en un peristilo para la ruina de un edificio.

Dijo:

-Ella me ha abandonado.

Respondí:

-Una reparación puede provocar el resurgimiento del esplendor de un edificio.

Y contestó:

-El amor no es un edificio. El amor es un estado sentimental que puede arruinarse con cualquier decepción.




No hay comentarios:

Publicar un comentario