viernes, 9 de diciembre de 2016

La competición


La competición

Antonio García Velasco




UN muchacho del pueblo vecino iba pregonando que él sería el ganador, pues se había entrenado durante muchos meses para vencer a cualquier competidor. Su pueblo, según explicaba, era más del futuro que del presente. Más de los sueños que de los despiertos. Pero ello no había impedido su entrenamiento y estaba seguro de ganar.  Se tendría que enfrentar con el pescador obligado a cambiar de oficio por el extraño ser que lo arrastró al fondo del río mientras le explicaba: "Soy el espíritu de las aguas del río y estoy cansado de que todos los días me arrebates varios de mis peces". El pescador le había respondido, a modo de excusa y justificación: "Necesito pescar para comer". "Pues desde hoy te buscas otro oficio, porque debo hacer cumplir las directivas de Bruselas sobre la preservación de los peces de este hábitat fluvial. De lo contrario, no te dejaré abandonar el fondo de este cauce". Así fue como, para cambiar de oficio, el pescador decidió enfrentarse con el recién llegado del pueblo antiguo o futurista. Y... ¿qué pasó entonces? En toda competición hay siempre un ganador. Se admiten apuestas. Al muchacho la amiga tuvo que enseñarle el modo de abanicarse de manera eficaz. El pescador estaba suficientemente acostumbrado al calor y no tuvo necesidad de abanico.


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