lunes, 28 de junio de 2021

066 Microcuento EL TEMPLO GRIEGO

 

El templo griego

Antonio García Velasco

Excavar en aquel monte y descubrir las ruinas de un próstilo fue, en principio, un verdadero acontecimiento. Quiso celebrarlo con los amigos, pero alguien le dijo que pregonar o declarar el hallazgo supondría poner aquella tierra a disposición de la administración que, posiblemente, expropiaría.

—Pero si no lo declaras, las consecuencias pueden ser peores —le advirtieron también.

Devino de un hombre tranquilo, estudioso, arqueólogo aficionado a persona marcada, agobiada, apesadumbrada por la carga de un dilema.

Optó, al fin, por declarar su descubrimiento, alegándose que podría ser una contribución a la cultura, a la arqueología, a la historia.

La administración, local, regional, estatal, “no estaba en aquellos tiempos por la labor de invertir en zarandajas culturales. Había crisis y pronto tendrían que centrar esfuerzos en las elecciones. Paciencia en la espera de tiempos mejores”, le dijeron.

Por su cuenta y riesgo ha reconstruido el templo griego y ha invertido dinero y tiempo en convertirlo en atracción turística,

El Ayuntamiento de la localidad está interesado en promocionar la visita al lugar de la reconstrucción, anima la promoción de bares y restaurantes y elogia el esfuerzo realizado como un modo de contribuir a la prosperidad de la zona.



domingo, 20 de junio de 2021

065 Microcuento LAS GRULLAS DE AIKO ARATA

 

Las grullas de Aiko Arata

Antonio García Velasco

 

Una oleada de grullas cruzó el cielo con su típico gruir. Esta visión le hizo recordar a Aiko Arata que él, siguiendo la tradición de sus ancestros, había puesto en el logo de su empresa japonesa una grulla, símbolo de prudencia y vigilancia permanente; símbolo de matrimonio duradero, porque las grullas se emparejan hasta la muerte; símbolo de un guía maduro y experimentado. Pero la crisis y sus “brillantes" ideas innovadoras habían hundido su firma, heredada de sus padres, y, por otra parte, aunque su nombre significaba “hijo del amor”, ni había tenido hijos ni había triunfado en las relaciones sentimentales, pues, las desavenencias personales con su esposa los llevaron al divorcio. Sus gritos de grulla enferma no consiguieron apagar los fuegos de su fracaso.

En la huida, con sus escasos caudales, llegó a un país extranjero. Trabajó en lo que le iba surgiendo y ahorraba con privaciones constantes. Pudo montar un pequeño bazar donde vendía productos chinos y, a la vez, estudiaba idiomas...

Como vecina de su modesto piso alquilado, tenía una hermosa joven de origen eslavo que había conseguido escapar de la esclavitud de un proxeneta sin escrúpulos. Simpatizaron Aiko y Waleska hasta el punto de que convinieron en vivir juntos y ahorrarse un alquiler. De aquella convivencia les nació el amor y el cierre a los malos recuerdos del pasado.

Cuando la vida comenzaba a sonreírles, Waleska fue descubierta por quien había sido su explotador. Un día que ella estaba en el bazar con Arata, llegó la venganza en forma de disparos de una pistola que acabó con la vida de los dos enamorados.

Cuando fueron descubiertos los cadáveres, el hombre conservaba en la mano el arma y la muerte de ella fue contabilizada por los medios como una nueva víctima de violencia machista.