miércoles, 12 de octubre de 2011

Citas políticamente incorrectas de Jorge Luis Borges

Antonio García Velasco

Francisco Morales Lomas presentó recientemente el libro sobre Borges “Jorge Luis Borges, la infamia como sinfonía estética”. Me pidió que hiciera la presentación, que, como ya expuse, realicé con satisfacción por motivos que expliqué en aquel acto y que incluí en el artículo que escribí sobre este libro en Papel Literario (www.papel-literario.com). Preparar la presentación me llevó a releer tanto la obra borgeana “Historia Universal de la Infamia” en la que el crítico centra su estudio, como otros textos sobre Borges o de Borges. Entre estos, el libro titulado “Borges el palabrista”, conjunto de citas de declaraciones diversas y entrevistas recogidas por Esteban Peicovich.

Y valga esta introducción como justificante del reencuentro con polémicas afirmaciones de Borges, algunas de las cuales expongo a continuación, a sabiendas de que no son políticamente correctas:

De haber triunfado la República, hoy España sería otra Cuba. Franco ha sido positivo para España”. ¡Menuda afirmación! Sobre todo hoy, cuando todavía tintinean los datos sobre la llamada memoria histórica y aún se discute sobre la suerte del Valle de los Caídos y otras “lindezas” franquistas. De la frustrada República y los hechos lindos del bando republicano se habla menos.

Federico García Lorca me parece un poeta de utilería. Ciertamente, la muerte lo favoreció. Creo que, en definitivas, sólo sirvió para que Machado escribiera un poema admirable”. La obra literaria de un autor no se puede juzgar por sus declaraciones u opiniones. Pero los admiradores de Lorca podríamos tener aquí un motivo para no leer al argentino.

Desearía un Estado mínimo, que no se notara. Viví en Suiza cinco años y allí, por ejemplo, nadie sabe cómo se llama el presidente. Yo propondría que los políticos no fueran personajes públicos”. ¡Sueño imposible hoy por hoy! Franco nos acostumbró a que los nodos y noticieros hablaran sobre todo de sus logros políticos, de política, junto a sucesos y deportes. Seguimos en la misma dinámica: el tema de los políticos sigue siendo el más importante en telediarios, radiodiarios, prensa y tertulias diversas. Por otra parte son muchísimos los políticos en tantas comunidades autonómicas, en el Estado central, en cualquier diputación y municipio... Y a todos hay que pagarles, para encima ni siquiera hablar de ellos.

Los ingleses también hicieron mucho mal al mundo. Por ejemplo, lo han llenado de estupideces, como el fútbol”. ¡Caramba con Borges! Si el fútbol es una estupidez, ¿qué son los apasionados del fútbol? ¿Y los millones que mueve el fútbol’ ¿Y las “guerras” de medios y clubes por ganar con las retransmisiones o televisados? ¿Y el espacio que consume en los medios diversos? ¿Y mi nieto enseñando al que encuentra sus cromos de futbolistas o preguntándole si es del Barça o del Madrid?

Dejemos, pues, las citas del políticamente incorrecto Borges por más que también podría haber hecho otra selección de “citas correctas”, políticamente hablando.

Recortes

Recortes propios, recortes ajenos

Antonio García Velasco

La guerra política de los recortes entre recortadores proporciona un chirriante espectáculo. “Los recortes que yo hago son justos, justificados, justificables, absolutamente necesarios. Los que haces tú no tienen ningún fundamento, son abusivos y merman los derechos ciudadanos ya consolidados”. “Los recortes que haces tú son contrarios a los derechos. Los recortes que hago yo son los más adecuados para salir de la crisis”. “Estás haciendo tú demasiados recortes sociales”. “Los recortes sociales los comenzaste tú: que si sueldo de los funcionarios, que si pensiones, que si cheque bebé…” ¿Por qué no nos ponemos todos -¡todos!- de acuerdo en los recortes necesarios para solucionar los problemas? Y los explicamos con claridad, que no somos tontos los ciudadanos.

Los políticos y financieros nos arrojaron al pozo de la crisis y, para achicar aguas, sólo se les ocurre ahogar más a los propios damnificados. Y hablamos del político, cara visible de la economía, pero no de la cara oculta de la Luna. ¿Quiénes están sacando beneficios millonarios de la crisis?

El político raramente recortará contra el político, aunque reconozca que una mejor solución sería suprimir gobiernos y gobernantes, privilegios de profesionales de la política, senadores y subvenciones a quienes actúan de tontos-útiles-apoya-tinglados. El político irá contra el pueblo, como si la función del gobernante fuese la del pastor esquilador de las ovejas. No se reconoce el político como un empleado del pueblo, tal como el administrador de fincas urbanas lo es de la comunidad de vecinos que lo contrata para gestionar los asuntos de la misma. Se reconoce como un ser superior, poderoso, por encima de quienes lo votaron, dueño de sus vidas y milagros, como si “la gracia de Dios” lo hubiese tocado con sus luces y privilegios. Llevan en la sangre aquella arrogancia de “caudillo por la gracia de Dios”, por más que disimulen con halos de demócratas y tengan que aceptar las fechas de la caducidad de sus puestos. Claro que, para amarrarse a éstos, utilizan la legislatura para comprar voluntades y extender las redes de “los intereses creados”. “Todo por el pueblo, pero sin el pueblo –y primero mi casta y yo que soy la cabeza del pueblo-” es la consigna que subyace en muchas actuaciones políticas, pero en despotismo que llega a ser más cínico que ilustrado.

No obstante, tenemos que contar con los políticos para salir del pozo crítico en el que nos encontramos. Y votaremos a los políticos.

No obstante, hay yogures caducados que seguirán caducados por mucho que se borren y renueven las fechas de caducidad.

No obstante, siempre habrá gente que, en situación peor, lamentablemente, tengan que recoger de la basura los yogures caducados, con la esperanza de que no perjudiquen su salud.

¿Hablar con los 902?

Los 902
Antonio García Velasco

En otros tiempos te decían que llamar a un 902 era compartir gastos de telefonía entre quienes efectuaban la llamada y quienes la recibían. Y se pensaba que aquello era una deferencia de las empresas, instituciones u organismos diversos. Y se agradecía. Ahora que la tarifa plana se ha “popularizado”, bien por tenerla incluida en el ADSL, bien por otros motivos, ya ignoro lo que significan los 902, porque resulta que estos números proliferan, se extienden, se multiplican, como si las empresas, instituciones y organismos se hubiesen puesto de acuerdo con las telefónicas para seguir chupando de los bolsillos de la clientela. Y, de paso, abaratar los costes en llamadas de tales empresas, instituciones u organismos. Si no, ¿por qué si cada 902 está asociado a un número convencional, aparece aquél y no éste? ¿Por qué no aparecen los dos números y que cada cual llame al que, según sus circunstancias de conexión telefónica, le sea más beneficioso?

No he consultado antes de escribir estas líneas con ninguna asociación de consumidores, aunque me consta que tienen noticias del asunto. Pero ya habrá tiempo de hacer la consulta y, en su caso, demandar lo que corresponda. Escribo a impulsos del malestar –por decirlo con palabras suaves- que produce ver que la factura de la tarifa plana y la conexión ADSL me viene incrementada con unos euros por llamadas a 902, cuando, alguna de tales llamada ha sido, posiblemente, a la misma compañía de comunicación telefónica.

No nos basta con tener las telecomunicaciones más caras –o de las más caras- de Europa, sino que, además, nos graban con la picaresca –presunta- de los 902 a quienes ya pagamos por supuesta tarifa plana. Debemos exigir que, desde ya, las empresas, instituciones y organismos diversos expongan junto al 902 de “pretendida” facilitación de llamadas, el número convencional –provincial- al que éste está asociado, como lo he visto en una empresa de Gestión de Software y Licencias (902123146 | 916638683). Es un ejemplo, que bien podría extenderse a quienes sólo exhiben un 902.