domingo, 20 de septiembre de 2020

Microcuento 0032 Histrionismo cínico

 

Histrionismo cínico

Antonio García Velasco

 

“Es un histrión. Un histrionismo ocurrente, empalagoso y arcaico disfrazado de progresismo lo envuelve y, desde su montículo histriónico, nos quiere someter a su seducción y dominio. A veces parece una cerceta, esa ave palmípeda del tamaño de la paloma de la paz, pero en versión beligerante, engañosa y perversa. Piensa que la mejor defensa es un ataque y ataca sacando el sol por los cerros picarescos arruinados por la guerra de hace tantos años que ni consta en el sentir ciudadano general.

Cree en la compatibilidad de predicar contra la corrupción y tener sobre sus hombros una niebla corrupta que los medios comprados no se empeñan en aclarar. Cree en la compatibilidad de predicar contra el odio y ser un túnel de odio personificado a quienes no son sus seguidores incondicionales. Es la personificación del cinismo. Pero ya dijo el poeta que el cinismo es un arma cargada de futuro. O capaz de arruinar el futuro de la mayoría y solucionar el propio, caiga quien caiga”.

Desde su posición privilegiada de dominio de la información, cuando le llegó este retrato robot, no tuvo otra ocurrencia que destrozar la cámara fotográfica. Y reducir a la mensajera a una pelota de pimpón que se perdió en el bote de impulso desproporcionado que le propinaron sus histriónicos secuaces.



 

miércoles, 16 de septiembre de 2020

Noticias del LEJANO SIGLO XX

 Noticias del LEJANO SIGLO XX


        LEJANO SIGLO XX es una novela corta (116 páginas) de  "Ética y ciencia ficción". Nos presenta una historia situada en el año 1945 de la Era Edénica, tiempos futuros en los que el ser humano se rige por la inteligencia y no por el instinto de acaparar riquezas, poder y dominio sobre los demás. Un mundo donde todos son iguales, poseen todo lo que puedan desear, gozan de libertad y posibilidades de avanzar en cultura, experiencias, sabiduría, viajes estelares... ¡Oh, mundo utópico! Un solo problema se plantea en aquella sociedad global: la mayoría de edad social se alcanza a los sesenta años, edad de asumir la responsabilidad de un empleo y gozar el bien de un trabajo trascendente. 

    Aunque los jóvenes puedan dedicarse a todo lo que quieran sin limitaciones, muchos no soportan la larga espera hasta la mayoría de edad social y se han de promover iniciativas para mantener ocupada a la población con actividades similares a la del trabajo responsable... La edición (maquetación, portada...) ha sido renovada respecto a la de 2014. Y me la encuentro en el número 43 del ranking de ventas en Amazon en el subgénero Herencia cultural de ficción. ¿Herencia cultural de ficción? Sí, en tanto que se rememoran hechos culturales del pasado preedénico (siglo XX de nuestra era y siglos anteriores) en una ficción que encaja adecuadamente -creemos- con la ética y ciencia del supuesto siglo XX de la Era Edénica.



lunes, 14 de septiembre de 2020

jueves, 10 de septiembre de 2020

LLANTOS

 

Llantos

Antonio García Velasco

 

De la prensa: El niño secuestrado en Italia fue asesinado a golpes porque lloraba

La policía encuentra el cadáver de Tommaso Onofri, de 17 meses

Roma 2 ABR 2006

 

 

Llanto por una España que se deshace, que se atomiza, que se desintegra. Llanto por un mundo que no encuentra el camino de la justicia distributiva y de la paz. Llanto por esta pandemia que nos azota, que nos asusta, que nos condiciona. Pero más terrible y conmovedor sigue siendo el llanto de un niño.

Del mismo modo que la sonrisa de un niño nos emociona, libera, purifica y salva, su llanto resulta aterrador. Sobre todo, si persiste. Llega a ser trágico el llanto de un niño. Mucho más si el niño está en manos de unos desalmados secuestradores que sólo buscan dinero. Hace años, Italia y el mundo se conmovieron con el secuestro, llanto y muerte de Tommaso Onofri. Sólo tenía año y medio y sufría epilepsia. Sus secuestradores, dos albañiles que habían trabajado en la casa del pequeño, se habían provisto de medicamentos para atenderlo, pero no contaron con su llanto. Lo mataron porque lloraba. A las pocas horas de sacarlo de su casa. Hasta el Papa había pedido por Tommaso. Hasta los políticos se habían conmovido y hecho declaraciones. Hasta los estadios de fútbol se preocuparon. Más aún, por supuesto, la familia. Y el niño, muerto poco después de las dos horas de haber sido secuestrado. Apareció al mes, cerca de su casa. Muerto simplemente porque lloraba. ¡Con qué macabra chapuza acabaron la obra los dos albañiles!

Las tragedias colectivas y lejanas parecen resbalarnos como las gotas de lluvia por el cristal del parabrisas. Los llantos de tantos niños hambrientos no son oídos. Pero el llanto de un niño con nombre, con nacionalidad, con hogar conocido –gracias a los medios- nos conmueve a todos, incluido el Papa, que clamó desde la ventana de su palacio en la Plaza de San Pedro. Nos aterroriza. Más aún cuando su llanto le costó la vida. No pudieron sus secuestradores calmar su llanto, prever su llanto, consolar su llanto. Sólo pudieron acallarlo para siempre con golpes, con manazas estranguladoras, con violencia absurda e incomprensible.

Tommaso Onofri, el caso de Tommaso Onofri fue, es, un paradigma más de la locura de los seres humanos en un mundo desquiciado y desquiciante.