lunes, 31 de mayo de 2021

064 Microcuento EL DESCONOCIDO Y LA POETA

 

El desconocido y la poeta

Antonio García Velasco

 

Se acercó a ella tras la presentación de su libro en el Ateneo. Le atrajeron su voz, su elegancia y su apuesto porte de hermosa mujer.

—...Apestaba la casa tan lujosa— decía.

—¿Acaso sus dueños no se lavaban? —preguntó con un dejo de ironía— ¿Acaso se les había podrido el cerebro?

—Observe usted que la última frase que he dicho constituye un endecasílabo. Le diré además que ese verso es un epodo, o sea, el último de una estancia.

—¿Verso de una estancia? Señorita, usted bromea. ¿Cómo va a tener versos una estancia, es decir, una habitación, un lugar de residencia? ¿Qué es lo que quiere decir?

—Le enseñarían en la escuela que una estancia es un conjunto de silvas que repiten  la misma estructura métrica.

—¿No están locos los poetas aunque sean mujeres?

—La estancia de la que el verso procede es un canto que trata de revelar de modo difuso, aunque sazonado, que esa lujosa casa que describe el poema no procede de negocios limpios, de ganancias transparentes, sino de manejos sucios y corruptos.

—¿Y escriben en la fachada "esta casa tan lujosa apesta"? ¿Instigados por quién?

—La gente lo piensa así.

—¿Y se inspira usted en lo que piensa la gente? Pues debe saber que está hablando de mi casa, de mi residencia, del lugar donde vivo.

—Usted disculpe —y, con el rubor encendido, salió de la estancia rompiendo los folios donde tenía escrita su estancia.

 

 

 

domingo, 16 de mayo de 2021

 

A modo de elegía por mi amigo Carlos

 

El poeta Carlos Benítez Villodres ha muerto

 

Antonio García Velasco

 

Te envío mi mensaje y no te llega:

vives ya en la distancia de la muerte.

Decía simplemente que tu ensayo

sobre el maestro Mario Benedetti,

tu poema... salieron publicados…

 

Mandado ya lo había cuando suena

la más triste noticia, enorme piedra

que aplastó fieramente mi esperanza

de alegrar tu mañana con la nueva:

       ya vivías en ese más allá

       de incertidumbre triste y misteriosa.

 

Me quedé anestesiado, en sudor frío,

en dolor de amistad sobrecogido.

Perdemos un amigo... un poeta...

una enorme persona, un hombre bueno.

 

El consuelo nos queda de tus obras,

dignos libros de versos bien compuestos,

medidos como un clásico midiera,

sonoros, expresivos, entrañables.

 

Sigue escribiendo versos aunque nunca

podamos, ya jamás, gozar leyendo

sus cadencias, sus ritmos sabiamente...

Nos llegarán quizás con esos rayos

que marcan las mañanas soleadas

de esta Málaga nuestra tan ingrata

con sus hijos valiosos como tú.

 

Acaso nos consuele la lectura

de tus libros escritos, generosos...

Acaso nos consuelen los recuerdos

de los momentos gratos compartidos...

Acaso me consuelen estos versos

que en desconsuelo escribo para ti.

Acaso, acaso, acaso y tú lejano.

 

Málaga, 16 de mayo de 2021

miércoles, 12 de mayo de 2021

063 Microcuento CÁLCULOS EXACTOS

 

Cálculos exactos

Antonio García Velasco

 

La nostalgia le hizo viajar al pasado. Mas llegó tarde. Habían quedado muy atrás aquellos tiempos en los que ayudaba a su madre en la frutería y, en la pesada, acertaba siempre con lo requerido por la señora cliente o el señor que iba a comprar. Ni un gramo más, ni un gramo menos. Estudiaba en la Universidad Ciencias exactas y, por sistema, sacaba tiempo para ayudar a sus padres en el pequeño negocio.

—Satán te llamará al infierno para medir las culpas de cada cual —le pronosticó un amigo enemigo.

—¿Una mujer no puede estudiar Matemáticas?

          —No es lo propio, no.

Contra todos los inconvenientes, concluyó sus estudios y fue fichada por una multinacional para el departamento de contabilidad y previsiones inversoras. Profesionalmente había triunfado. Pero ninguna de sus parejas supo apreciar y aceptar su valía personal. Sufrió tardes de nostalgia y sinsabor.  Quiso volver a los tiempos de estudiante, con sus padres vivos, con sus amigos de niñez y juventud. Pasó con mucho retraso aquel tren de la vuelta al pretérito. Y tomó una decisión después de pensarlo con precisión y cálculo de riesgos: se haría fecundar in vitro y asumiría por sí sola la crianza del hijo.

Embarazada y sin pareja fue pasto de llamas de incomprensión, murmuraciones y crítica. Mas su decisión fue irrevocable y, por fin, nació un bebé esperanzador.

Años después, cuando aquel niño fue adulto, madre e hijo recibieron un prestigioso premio internacional por su contribución a las matemáticas aplicadas a la vida cotidiana y al cálculo de los riesgos de estar vivos y sobrevivir en sociedad.



 

domingo, 2 de mayo de 2021

062 Microcuento LA TORMENTA

 


La tormenta

Antonio García Velasco

 

Se podría afirmar que estudiaba la filosofía con fruición, hasta topar con el término kantiano "noúmeno", que la detuvo. Era una noche fría y tormentosa. Como se esperaba, rayos y truenos comenzaron a ser fenoménicamente espeluznantes. A las sensaciones opuso su pensamiento.

—¿No puedo hacerme una idea de la tormenta más allá del miedo que me está produciendo? Los efectos que la borrasca me hace sentir quizás quedarían neutralizados por el análisis de sus características que realizara mi mente.

En aquel momento, apareció su hijo:

—Mamá, mamá, tengo miedo.

—No debes preocuparte. Ven.

Se sentaron en el sofá y lo acurrucó en sus brazos. Se taparon con una manta. Fuera seguían los fogonazos y, de inmediato, el trueno estrepitoso. La lluvia golpeaba los cristales.

El niño se quedó dormido rodeado por los brazos de su madre:

—Mañana llamaré al profesor Sebastián para que me explique el concepto de “noúmeno” de Kant.

Cuando despertaron, la tormenta había dado paso a una calma radiante. El noúmeno kantiano seguía golpeando su mente.