Concurso de inventos
Antonio García Velasco
DECIDIÓ
el rey, a la vista de tanta concurrencia, que sus cortesanos hicieran una
selección previa. Pero todos querían presentar sus maravillosos inventos al
propio monarca. Para evitar protestas se organizaron turnos y cada cual tuvo su
oportunidad. En consecuencia, también Juan pudo presentar su invención: un
humorístico pingüino robot capaz de reírse incluso de sí mismo. El rey no pudo
resistir que una mala imitación de ave incapaz de volar despertase la risa a
costa de su real persona. Juan el Inventor fue llevado a la cárcel acusado de
no respetar las instituciones. Los circuitos del robot fueron reprogramados
para que sólo cantasen alabanzas propagandísticas del régimen.