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martes, 6 de diciembre de 2022

06 Breves VIDA Y MUERTE

 

Vida y muerte

Antonio García Velasco

 

En mi libro La poesía de Luis Cernuda. Estudio y valoración (2005), se anota que el sustantivo más usado por el poeta sevillano en sus poemas es “Vida”. Muy significativo, sin duda, porque a todos los seres humanos nos importa la vida. Y el “Amor”, la siguiente palabra, el siguiente sustantivo, en concurrencias. Escribió Cernuda una amarga verdad: “Aquel que da la vida, / la muerte da con ella. / Desasido del mundo / por tu amor, me dejaste / con m
i vida y mi muerte. // Morir parece fácil, / la vida es lo difícil”. Y más difícil aún nos la ponen ciertos elementos del mundo, personajes funestos, que nos dominan y manipulan. ¿Y cuál es su privilegio, cuál su poder, cuál su ambición? También nos dijo Luis Cernuda: “A otros la ambición / de fortuna y poder: / yo sólo quise ser / con mi luz y mi amor”. Pero, ¿podemos acaso quedarnos con nuestra luz, con nuestro amor? Posible sólo sea la vida con humanismo. Solidario. ¡Oh, quimera!

lunes, 2 de abril de 2018

66 El cuelmo


El cuelmo

Antonio García Velasco



Encendió su cuelmo para recorrer el largo pasadizo oscuro. La luz que proporcionaba la llama no era suficiente para iluminar sus pasos: a veces tropezaba con piedras del suelo no evidenciadas por la escasa iluminación. Mas persistió en su empeño, acaso irrenunciable.

"La vida, se decía, es también un recorrido que nunca está suficientemente iluminado. Tratamos de aprender, tratamos de hablar otros idiomas, anhelamos una cultura amplia y unos conocimientos científicos del universo y, en general, tenemos que conformamos con la escasa luz de una astilla de madera resinosa que encendemos en nuestro desamparo. Pero seguiré buscando afanosamente por este largo pasadizo que mi hacha alumbra de modo precario".

Una nueva piedra le hizo tropezar, interrumpiendo su meditación. Acercó la llama al obstáculo y descubrió los puntos dorados que brillaban en la roca incrustada en el suelo.

-¿Oro?

Se afanó en arañar aquella superficie con su cuchillo y consiguió extraer varias pepitas del metal precioso. Se le desplegaron las ramas de la dicha y sintió la tentación de quedarse extrayendo más y más riqueza.

-No, es vana la ambición de acumular riqueza deteniendo nuestro paso hacia el final del pasadizo que es la vida. Me llenaría los bolsillos de oro que incluso me pesarían a la hora de caminar -se dijo y continuó con las pepitas recogidas hasta el momento.



La astilla resinosa que le servía para iluminarse anunciaba su final. Al percatarse de ello, sintió que una suerte de tenia comenzaba a debilitarlo.

-Debo resistir, aun en la oscuridad próxima que sobrevenga a la consunción de la tea y de mí mismo.



Sus familiares y amigos lo encontraron delirante, febril, repitiendo como con aire sazonado:

-No es la suerte del oro lo que nos salva, es el oro de la suerte de tener familia y amigos. ¿Dónde, dónde están ahora mis familiares, mis amigos? No es la suerte del oro, es el oro de la suerte de mi familia, de mis amigos.



Lo sacaron del pasadizo y lo llevaron a un hospital. Consiguió reponerse. Cuando echó mano a las pepitas que llenaron sus bolsillos, sólo encontró el recuerdo. A reír comenzó y, cuando le preguntaron la causa, contestó de modo desapasionado:

-Tal vez fue una ilusión, una traición de mis sentidos cansados... He soñado que me han robado el oro y no es oro todo lo que reluce.

En el fondo, se le levantó la intención del volver a tropezar por segunda vez en la piedra de las pepitas de oro naranja. Procuraría ir más preparado.





sábado, 22 de abril de 2017

Microrrelato 127 Desorientado


Desorientado

Antonio García Velasco



Ignoraba cómo encontrar el árbol de la Vida y decidió salir de la selva. Pero estaba perdido y desconocía el modo de orientarse entre tantos árboles que impiden ver el bosque de uno mismo. Tampoco había aprendido la situación de los puntos cardinales. Por otra parte, al Norte llamaba Riqueza; al Sur denominaba Pobreza; el Este, para él, era Pasado y el Oeste, Futuro Incierto. Pero, ¿cómo salir de aquel laberinto? Divisó la serpiente que le ofrecía una manzana desde el árbol del Conocimiento del Bien y del Mal.

lunes, 30 de enero de 2017

47 Ventanas


Ventanas

Antonio García Velasco




Estaba frente a la inmensidad y se sorprendió extasiado y perdido. Se dijo: "Necesitamos el marco de una ventana para centrar nuestra mirada". Entonces se inventó la televisión, la ventana que nos enmarca y nos marca. La ventana que encauza nuestra mirada. Más tarde, pasando por los ventanucos de los monitores de las computadoras, vinieron las ventanitas de los teléfonos móviles, tan fascinantes, tan absorbentes, tan capaces de controlar nuestra vida.




martes, 13 de diciembre de 2016

Cambio de vida


Cambio de vida

Antonio García Velasco



En aquellos momentos, tenía una sola moneda en el bolsillo. La ocurrencia fue comprar un boleto de lotería. Un golpe de suerte lo favoreció con un premio de varios millones de euros. Hasta su exnovia, que rompió con él por considerarlo un inútil fracasado, trató de volver. Los banqueros, que antes le habían denegado ayuda, lo buscaron para que invirtiese sus dineros en los fondos más rentables. Se llevó a casa todo el caudal conseguido. Un día salió con un maletín cargado de billetes y un muchacho se lo arrebató. El ladrón salió corriendo con el botín cuando, al cruzar la calzada, un coche derrapó atropellándolo. Para el conductor, la culpa fue del mal estado del asfalto y no de la velocidad. Él, que había contemplado lo ocurrido, pensó "Sólo el dinero es culpable". Comenzó a repartir billetes y monedas por la calle. La gente lo tomó por loco y, muy pronto, quedó internado en un centro psiquiátrico.