sábado, 25 de junio de 2011

De 110 a 120 y al revés

Nunca se limita la velocidad a gusto de todos

Mientras polemizamos sobre límites de velocidad, no hablamos de otras cosas. Los llamados ecologistas, por su parte, afirman que la medida ha sido eficaz: menos consumo de combustible, menos contaminación, ahorro en euros, menos accidentes… Los, llamémosles, amantes del automóvil –fabricantes y concesionarios incluidos- diciendo: que un muermo conducir a 110, que también por duermevelas se producen accidentes, que no hay en realidad tal ahorro, ya que el ahorro se produce porque la crisis reduce el uso del automóvil, que hasta 120 es poco correr, que, por lo menos, el límite tendría que ser 130, como en otros países, o como en Alemania, sin límite fijado y sólo ciertas restricciones, según las circunstancias… Y el gobierno, Rubalcaba, digo Alberto, que el petróleo ha bajado y tiende a bajar –aunque sigamos pagando la gasolina a altos precios, aun con las vales descuento que reparten ciertos centros comerciales-, que la medida fue provisional y ha cumplido su plazo, que… La polémica sigue, seguirá, continuará. Como la amenaza de la bancarrota, la presión de los especuladores de la deuda pública, la espada de Damocles del rescate…

A más consumo de combustible, más ingresos por impuestos para el Estado. Por ello algunos sostienen que “como la medida de la reducción a 110 ha funcionado, lo urgente es suprimirla”. El día 1 de julio, “la marcha atrás” que supone más velocidad para adelante. Juegan algunos medios con el titular “Rubalcaba arranca la campaña a 120”. Necesita toda la popularidad -¿y se la da esta medida?- y suprime una disposición que fue antipopular, salvo entre los grupos ecologistas, que conste.

La ministra Salgado señaló que el ahorro ha sido “superior a la pérdida de recaudación fiscal debido a la menor demanda de gasolina”, pero el ahorro, en todo caso, es para el bolsillo particular y la recaudación es para Hacienda y Hacienda somos todos, pero la administran ellos. No sé si alguien podría explicar que si uno se ahorra un litro de combustible yendo a 110, ese ahorro es un bien general para la Nación. Por la misma regla, si gastamos lo mínimo en el día a día, paralizando el consumo, también ello sería beneficioso para todos. ¿O no? ¡No! Este sistema, que indigna siempre y que sólo ahora manifiesta indignados, se basa en el consumo y no consumir es paralizante. Hasta para Hacienda, que recauda menos IVA y tendrá menos para invertir en reducción de deuda, en infraestructuras, en prestaciones sociales.