El futuro del libro, el libro en el futuro
Los días 17 y 18 de Septiembre de 2009, asistí en Jaén a “Interliteral, II encuentro de literatura digital”. No es fácil tener una idea clara de lo que sea eso de “literatura digital”. Para unos, toda forma de literatura que llegue a nosotros codificada en bytes por medio de una pantalla, sea monitor de computadora, sea e-book o cualquier otro medio de mostrar textos digitalizados. Para otros es otra cosa, como un arte nuevo que no podría darse sin la concurrencia de un ordenador. Explicaron su obra autores de ideas y prácticas de creación colectiva de novelas en páginas Web, autores de blogs, teóricos de redes sociales, directores de publicaciones multimedia en Internet y un interesante y largo etcétera.
El representante de Google Books explicó el propósito de su empresa de digitalizar todos los libros y ofrecer la posibilidad de actuar como una librería virtual en la que el cliente puede hojear y ojear diferentes páginas de un libro, con la ventaja de que es posible teclear una consulta sobre cualquier palabra o tema que estén contenidos en un libro. Una máquina situada en cualquier librería (actualmente es exclusiva de empresas que pueden pagar unos 100.000 euros por ella, ignorando cuando les será rentable) nos imprimirá el libro bajo demanda, y nos lo dará encuadernado con su portada, en unos tres minutos. El libro habrá sido previamente digitalizado por Google. No acabará el libro, pero cambiará la forma de acercarnos al mismo. A menos, naturalmente, que existan Delegados municipales de Cultura –ejemplo sea Miguel Briones y la colección “Ancha del Carmen”- que borren de un plumazo las colecciones de poesía que alientan la creación de ciertos autores. No puede haber libro sin autor y los autores sienten el estímulo ante una colección que puede acoger su obra.
Los llamados libros electrónicos, con su formato similar al libro convencional, con su “tinta” especial que no molesta la vista después de unas horas leyendo, con la posibilidad de llevarlo incluso a la playa -¡cuidado entonces de no mojarlo!-, también estuvieron muy presentes en el encuentro de Interliteral. Te venden uno de estos chismes por menos de 300 euros, con unos mil libros en su memoria y la posibilidad de aumentar el repertorio con obras bajadas de Internet, ya pagando ya de modo gratuito.
La tecnología nos invade, nos condiciona, nos arrastra en su cauce. La llamada brecha digital es cada día mayor, separando a los iniciados de los que ni siquiera se han acercado. Cambiará el libro, pero continuará existiendo la literatura, la poesía. Pese a los bomberos quemalibros. Pese a que no interesa que la gran masa lea, pues leer hace pensar y el poder sigue viendo un peligro en el ciudadano que lee y es crítico, es decir, en el ciudadano que no se deja engañar ni manipular.
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