El coche fantástico
Antonio García Velasco
Google está probando un sistema de manejo de coches sin conductor (De la prensa)
Ciertamente, en la actualidad, es raro que se viaje. Se realizan desplazamientos: Málaga-Sevilla, Sevilla-Málaga; Málaga-Murcia, Murcia-Málaga y así hasta el cansancio. Se coge el coche y la autovía y dale que te piso el acelerador, el freno, el embrague a veces... Desde el kilómetro inicial al final. A eso se llama también viajar, pero cada vez menos, porque se ha sustituido por voy a ... el lugar elegido. Para que los desplazamientos sean definitivamente de maleta se acaba de inventar un prototipo que, por suerte o no suerte -nunca quizás sea desgracia-, se desplaza sin conductor. La "inteligencia" de este coche hará maravillas. Entre otras, la de aparcar si las calles de las ciudades lo permiten o las autoridades municipales han propiciado los aparcamientos públicos a precios no ruinosos. Entre otras, circular con rapidez controlada si se encuentra solución para los atascos de las ciudades y de los accesos a los polígonos industriales, la universidad, el parque tecnológico y el clínico.
Puede que el coche sea tan inteligente que no salga de la cochera o del aparcamiento habitual si percibe que el trágico va a estar mal. Le diría al dueño: "Tío/a, hoy te toca el autobús porque éste menda no se mete en los embotellamientos previstos. Saca el bonobús y te das un paseo hasta la parada". "Es que el autobús no llega a la hora prevista, te hace perder el rato... Llegaré tarde al trabajo o tengo que levantarme una hora antes si quiero llegar a tiempo. Y ya hoy voy con el tiempo justo". "Te las arreglas como puedas: hoy no me muevo del aparcamiento, porque mi sensor GPS de comunicación por satélite y mis contactos con las central de Google me advierten de que el tráfico es infernal y llegarías más tarde que si te vas andando". Imposible convencer al terco del ordenador que constituye el cerebro del coche y su capacidad de razonamiento por el sistema de lógica borrosa. ¡No hay forma!
"¡Eres un maldito robot!", gritamos llenos de ira, odiando a la máquina rebelde. "Lo que tu digas, pero no es aconsejable que vayas en coche a tu trabajo. Hoy por lo menos".
Será fantástico desplazarse con estos vehículos, sin riesgo de que te llamen por el móvil, lo cojas, te arriesgues al accidente o a que los ángeles de la guarda de la carretera te pongan una multa crujiente, que se cobrará por la vía de embargo si te niegas a pagar. Sin riesgos por haber tomado una copa de más en el almuerzo o la cena de la empresa o del final de curso. Sin riesgo por el cansancio del largo y monótono desplazamiento. Lo malo será cuando ordenemos una parada porque el niño o cualquier otro ocupante quiera hacer pis y la lógica barrosa del cerebro electrónico diga que no hay parada porque, según lo bebido desde la última vez, es imposible que la vejiga esté llena.
De todas formas, es preciso celebrar el invento, del que ya se habló por el año 2000: coche, por ciento, inventado por científicos españoles, al que dediqué un artículo que ahora rescato, modifico ligeramente y lanzo a este blog.
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