La
zurda vencedora
Antonio García Velasco
La
zurda parcial, pues también usaba la derecha con habilidad, consiguió chapuzar
a todas las demás. Fue combate casi de boxeo feroz: las candidatas a ganar se
daban aguijonazos, tanto en sentido de punzada de aguijón como de estímulo
vivo, como de burla hiriente. Fue una victoria flagrante. Quedaron todas
bordoneando como insectos afectados por un insecticida no letal, aunque sí muy
atontolinante.
Ahora
la zurda pasea victoriosa, un tanto afectada de tonteo, presunción, orgullo y
"ahí os quedáis, chamuscadas todas". Lo malo es que alguna de las
otras ha de sostenerle el podio para que pueda alcanzar el cetro.
Lo importante no estriba en ser ambidiestro para destacar en una determinada capacidad u oficio. El núcleo del ser humano gira en torno a distribuir la equidad en cada fase de su órbita teniendo como referencia gravitatoria la bondad.
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