El
ramo de gloxinias
Antonio
García Velasco
Un
mensaje de justicia y reparación. Merecedor de albricias. Llevó la carta en
mano y, como compensación, le entregaron un ramo espléndido de gloxíneas o
gloxinias.
—¡Un
ramo de flores! Habrase visto, como si les costara algo conseguirlas en su gran
jardín. ¡Que se las coman o se las metan por donde le quepan!
Lo
receptores, cuando vieron los restos de sus gloxinias, se consolaron pensando
que "no se hizo la miel para la boca del asno".
"Después
de la prisa que me di para llevarles la buena noticia, no se les ocurre otra
que darme un ramo de gloxinias que acababan de recoger del jardín".
—¡Un
ramo de gloxinias! —exclamó Rosita al escuchar a su pareja—. ¿Me lo darás,
verdad? ¡Me encantan esas flores!