Mujer
constante
Antonio
García Velasco
El
fenómeno, peregrinamente producido, con inicio meteórico, fugaz, extraordinario
comenzó a reportarle beneficios inusitados. Alguien habló de suerte extrema.
Pero se lo había ganado con paciencia, constancia y esperanza renovada día tras
día. La gente comenzó a envidiarla. Y, con la envidia, surgió la murmuración:
"Se ha liado con un millonario y le está sacando los dineros".
En una
rueda de prensa, ella comentó:
—Lo
he conseguido cuando menos lo esperaba. Aunque llevo muchos años buscándolo sin
descanso.
Su
invento-descubrimiento, ciertamente, se inscribía entre los más trascendentes
para el bienestar de la humanidad y, por supuesto, repercutía en el incremento
de su cuenta corriente.