miércoles, 27 de octubre de 2021

077 Microcuento EL REPARTIDOR DE GARRAFONES DE AGUA

 

El repartidor de garrafones de agua

Antonio García Velasco

 

El distribuidor de garrafones de agua para los dispensarios de los domicilios particulares llamó al timbre reiteradamente y nadie contestó. "La señora me aseguró que estaría en casa... ¡Qué raro!". Y, sin pensarlo dos veces, aprovechó la salida de un vecino para entrar en la casa, cargado con la garrafa.

En el piso no contestaban tampoco: "Es raro: la señora me aseguró que estaría en casa esperando el agua".

Llamó en el piso contiguo:

—Perdone, ¿ha salido la señora? —preguntó al abrirse la puerta, señalando la que permanecía cerrada.

—No. Supongo que no. Al menos la puerta no se ha oído, —respondió Jacinto.

—Es raro. Me dijo que estaría en casa y necesitaba el agua urgentemente.

—Espere —entró Jacinto y volvió al momento— ...Ella nos ha dejado su llave. Por si pasa algo, ya sabe. Como es mayor para tener el timbre asistencial exigen que un vecino pueda abrir la casa...

Abrió la puerta con cierto recelo: "Si no hay nadie, puede dejarle la garrafa".

—Sí, claro. Doña Amparo es una buena cliente.

El agua de la pecera estaba efundida por todo el suelo de la vivienda. Los peces, muertos sobre la mesa, la solería y los pedazos de cristal. Como si alguien hubiese golpeado el recipiente para romperlo. El dispensador de agua tenía el garrafón lleno.

—¡Y la urgencia con la que pidió que viniera?

En aquel momento, con aspavientos apoteósicos, apareció doña Amparo acompañada de dos policías:

—Ellos son, ellos son... ¡Son ellos los que me han roto la pecera!

 

 

2 comentarios:

  1. De nicolasgh2015@gmail.com

    LA RAZÓN DE LA SINRAZÓN

    En este Microcuento se distinguen dos textos distintos:
    En el primero, más extenso, los dos protagonistas razonan de forma lógica y natural.
    En el segundo, muy corto, la protagonista finaliza el cuento con un juicio temerario, sin consistencia..., un dislate.

    ¿Cuál es la razón de esta sinrazón?

    Para pensar racionalmente se necesita un método (método, etimológicamente, significa "camino") que en su más corta expresión se podría enunciar:

    OBSERVACIÓN E INTERPRETACIÓN

    El repartidor del agua observa que no contesta nadie y concluye que no está la dueña... Etc.

    Pero la protagonista, al final, irrumpe en la habitación "con aspavientos apoteósicos", a tontas y a locas, y se atreve a pontificar:

    "Son ellos los que me han roto la pecera".

    Sin observación atenta y reposada, no hay elementos de juicio, ni puede haber una "interpretación veraz".

    El padre de este método universal de pensar, es un cordobés que vivió en el siglo I de nuestra Era, su nombre es Lucio, pero es más conocido como Séneca.

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  2. Los avatares a los que está sometida la mente humana han tenido siempre innumerables génesis, a su vez, al albur, cada una, de complejas variables. En los albores del siglo XXI, la crispación social, el estrés generalizado y el aislamiento al que nos encaminan los medios de comunicación en sus redes depredadoras, acorralan el pensamiento propio (nacido de la coparticipación), relegan las tertulias respetuosas, deprecian el sentido común con cizañas ideológicas incontrovertibles... En este contexto, más que nunca hemos de desplegar el sentimiento compresivo ante la confusión de algunas personas en situaciones concretas, e, incluso en continuos altibajos. Necesitamos menos artificios y volver a la naturalidad, consustancial al ser humano. Agradeceremos ese retorno a la paz de espíritu para discernir y tomar las decisiones que nos mejoren. ¿Seremos capaces de emprender ese rumbo hacia nuestra esencia?

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