¿Sólo el que roba triunfa y manda?
Antonio García Velasco

Cuando habla Quevedo, ¡sálvese quien pueda! Y
es que Quevedo, como dijo Borges, nunca gozará del favor ni del fervor del
público. Acaso de los muy entendidos. Y tampoco. Nos dejó escrito: “Toda esta
vida es hurtar, / no es el ser ladrón afrenta, / que como este mundo es venta,
/ en él es proprio el robar. / Nadie verás castigar / porque hurta plata o
cobre: / que al que azotan es por pobre / de suerte, favor y trazas. / Este
mundo es juego de bazas, / que sólo el que roba triunfa y manda”. ¿A
quiénes señalaba en su época? ¿A quiénes señala ahora? ¿Tiene razón, no la
tiene? ¿Quiénes se benefician de la subida de precios generalizada? ¿Quiénes
ganan con la inflación? ¿Qué pescadores revuelven el río, pues “a río
revuelto…” ya se sabe? Quevedo estuvo encerrado por bocazas, pero “No he de
callar, por más que con el dedo, / ya tocando la boca, o ya la frente. /
silencio avises, o amenaces miedo”. Luego fue calificado de “maestro de errores, doctor en
desvergüenzas, licenciado en bufonerías, bachiller en suciedades, catedrático
de vicios y protodiablo”. ¡Cualquiera salva a Quevedo!