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lunes, 11 de abril de 2022

095 Microcuento PARTITURAS EQUIVOCADAS

 

Partituras equivocadas

Antonio García Velasco

 

Andrés Curtidor, el sochantre, estuvo presuntamente errado aquel domingo. Dirigía como de costumbre el coro de la catedral y equivocó las partituras: propuso cantos de Navidad cuando era tiempo de Cuaresma, cantó al nacimiento de Jesús cuando la Iglesia celebraba su pasión y muerte.

El obispo le llamó la atención y él respondió con el escrito que volcó de una plumada sobre el folio blanco: "Puedo celebrar el amor y un nacimiento, pero no el sufrimiento que lleva a la muerte".

Dejada la nota, desapareció sin dejar rastro de su marcha.

 

Años después, gracias al párroco de un lejano pueblo, el obispo llegó a saber que el antiguo canónigo había abandonado la vida religiosa y, en compañía de Julieta, una bella campesina, cuidaba una huerta de productos ecológicos que se distribuían por Internet. El obispo fue a visitarlo con intención, quizás, de pedirle explicaciones. Curtidor se limitó a exponerle que los insectos que cuidaban con esmero tenían la función de facilitar la polinización natural de sus plantas. Luego lo invitó a comer y el eclesiástico quedó maravillado de la calidad y sabor de las hortalizas ecológicas que llenaron los platos.

Julieta apareció en el último momento con un niño de la mano. El obispo se le quedó mirando y comprendió los motivos que tuvo el canónigo para equivocar las partituras y abandonar la catedral.

martes, 31 de enero de 2017

48 Rezo y tisana


Rezo y tisana

Antonio García Velasco



Antes de acudir al rezo diario, mandó que le prepararan una tisana y se la bebió. No estaba muy seguro de si el cocimiento de hierbas le sería beneficioso, pero le habían afirmado que era muy bueno para la salud y, si algún día no lo tomaba, se sentía desasosegado. Para rezar tomó un libro de oraciones, regalo reciente del obispo, lo abrió por una página cualquiera y comenzó a leer: "Señor de las almas, de los cuerpos, del Universo entero, ten piedad de este pobre pecador. Con manifiesta humildad me dirijo a Ti para pedirte la paz en el mundo, la aniquilación de la pobreza, la conversión en humanos de los gigantes adinerados que manejan los hilos de esta sociedad..." Se detuvo y soltó la cruceta del títere con el que jugaba mientras rezaba. Inmediatamente cayó la bolsa a niveles propios de una inquietante crisis.