Mostrando entradas con la etiqueta prosa. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta prosa. Mostrar todas las entradas

viernes, 13 de enero de 2017

30 Microrrelato Mejor verso


Mejor verso

Antonio García Velasco



Comprendió que el mejor verso es el tacto que se rompe y en tactos contorsiona, que mejor tacto es el beso que se extiende y en besos ilumina. Se hizo la luz para él y la princesa. Pero no volvió a escribir versos. Ni prosa. Tantos tactos contorsionados, tantos besos iluminados, tanto amor acabaron elevándolo al éxtasis de la dicha. Nada tuvo que rescatar ya del infierno de la desdicha, nada que recuperar del olvido, nada que dejar sembrado con la semilla de un verso. Ningún deseo que plasmar en canto. "Cuando siento, no escribo", sentenció con Gustavo Adolfo Bécquer.

lunes, 16 de mayo de 2016

Cernuda y la poesía actual

Cernuda y la poesía actual
Antonio García Velasco

La visión crítica de nuestros grandes autores es siempre aleccionadora. Puede que, en ocasiones, no compartamos sus criterios, pero, con seguridad, en todo momento, muestran el ejemplo de su genio.

Me detengo estos días en las críticas de Luis Cernuda a la literatura de su tiempo. Nos dice, por ejemplo, a propósito de la poesía de Moreno Villa, nuestro gran autor –y pintor- malagueño, más olvidado que leído: “Por muy  amigo que un poeta sea de la espontaneidad y naturalidad, no siempre puede ni debe aceptar los versos tal como se le ocurren en un principio: el trabajo espontáneo contribuye a que, algunas veces, sus poemas parezcan más bien borradores, esbozos de poemas”.

Podemos preguntarnos, ¿a cuántos poetas actuales se nos podría aplicar lo que Cernuda dice al considerar la poesía de Moreno Villa? ¡Quién esté libre de esbozos de poemas, que tire la primera rima!

En otro momento de sus estudios, dice Cernuda: “Parte de la poesía que hoy se escribe en español es prosa, y no de la buena”. Duras palabras. Pero, ¿hasta qué punto podríamos extrapolar lo que el poeta sevillano dice de su tiempo a lo que se escribe en el nuestro? Lo peor que puede pasarle a un poema es que, en siquiera en uno de sus versos, suene a prosa, a falta de ritmo, a falta o sobra de sílabas, a descomposición de la distribución acentual requerida. Es como si caminamos por la acera y, de pronto, pisamos un ladrillo suelto que nos salpica el agua de la lluvia de la noche anterior. Se nos nubla de pronto el día soleado. Además de mancharnos el pantalón, las medias o la falda.

Para completar su visión, aunque él mismo escribe prosa poética, nos dice: “Poema en prosa: tránsito circunstancial, no sé si consciente o inconsciente en el autor, desde el lenguaje eficaz para expresar en prosa un pensamiento, al lenguaje que es instrumento de creación poética”. Porque, en efecto, una cosa es un poema y otra, distinta, un pensamiento eficazmente expresado en prosa.