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miércoles, 2 de noviembre de 2016

Comentario a un breve poema paradigmático de Luis Cernuda

UN BREVE POEMA PARADIGMÁTICO EN LA POESÍA DE LUIS CERNUDA


Papel Literario Digital publica el comentario al siguiente poema de Luis Cernuda:
En soledad. No se siente
el mundo, que un muro sella;
la lámpara abre su huella
sobre el diván indolente.
Acogida está la frente
al regazo del hastío.
¿Qué ausencia, qué desvarío
a la belleza hizo ajena?
Tu juventud nula, en pena
de un blanco papel vacío.

Se puede acceder al mismo en 
http://papel-literario.com/index.php?id=1213&tx_ttnews%5Btt_news%5D=15512&cHash=15d71db8b177778d833febb608e9760c


Revista digital de Literatura y Crítica Literaria



lunes, 16 de mayo de 2016

Cernuda y la poesía actual

Cernuda y la poesía actual
Antonio García Velasco

La visión crítica de nuestros grandes autores es siempre aleccionadora. Puede que, en ocasiones, no compartamos sus criterios, pero, con seguridad, en todo momento, muestran el ejemplo de su genio.

Me detengo estos días en las críticas de Luis Cernuda a la literatura de su tiempo. Nos dice, por ejemplo, a propósito de la poesía de Moreno Villa, nuestro gran autor –y pintor- malagueño, más olvidado que leído: “Por muy  amigo que un poeta sea de la espontaneidad y naturalidad, no siempre puede ni debe aceptar los versos tal como se le ocurren en un principio: el trabajo espontáneo contribuye a que, algunas veces, sus poemas parezcan más bien borradores, esbozos de poemas”.

Podemos preguntarnos, ¿a cuántos poetas actuales se nos podría aplicar lo que Cernuda dice al considerar la poesía de Moreno Villa? ¡Quién esté libre de esbozos de poemas, que tire la primera rima!

En otro momento de sus estudios, dice Cernuda: “Parte de la poesía que hoy se escribe en español es prosa, y no de la buena”. Duras palabras. Pero, ¿hasta qué punto podríamos extrapolar lo que el poeta sevillano dice de su tiempo a lo que se escribe en el nuestro? Lo peor que puede pasarle a un poema es que, en siquiera en uno de sus versos, suene a prosa, a falta de ritmo, a falta o sobra de sílabas, a descomposición de la distribución acentual requerida. Es como si caminamos por la acera y, de pronto, pisamos un ladrillo suelto que nos salpica el agua de la lluvia de la noche anterior. Se nos nubla de pronto el día soleado. Además de mancharnos el pantalón, las medias o la falda.

Para completar su visión, aunque él mismo escribe prosa poética, nos dice: “Poema en prosa: tránsito circunstancial, no sé si consciente o inconsciente en el autor, desde el lenguaje eficaz para expresar en prosa un pensamiento, al lenguaje que es instrumento de creación poética”. Porque, en efecto, una cosa es un poema y otra, distinta, un pensamiento eficazmente expresado en prosa.


lunes, 19 de enero de 2015

De los cuentos que cuentas



Bonitos cuentos
Antonio García Velasco

Qué bonito es el cuento que me cuentas. Pero puedo creer en tu ficción, no en la realidad de lo que cuentas. Recuerdo aquel cuento que terminaba con “Puedo asegurar que es verdad y no es cuento lo que cuento en este cuento”. Así me suenan tus palabras. Un cuento por mucho que me jures que no es cuento lo que cuentas en tu cuento.

Juegas bien con las palabras, es cierto. Muestras ingenio y haces vibrar al auditorio. Que labia no te falta. Pero no nos engañes diciendo lo que queremos escuchar, a sabiendas de su imposibilidad, a sabiendas de que te estás quedando con nosotros en tu provecho.

Abusan del poder, es cierto. No hacen las cosas bien, lo podemos asegurar. Pero ello no garantiza que tu cuento no sea pura ficción, sin fundamento, sin posibilidad de realización. Y ciertos discursos ya los tenemos suficientemente oídos e ingenuamente creídos. ¿Qué le dirías a alguien que dijera: “Y vosotros los ricos, gemid y llorad ante las desgracias que se avecinan. Vuestra riqueza está podrida y vuestros vestidos son pasto de la polilla. Vuestro oro y vuestra plata están oxidados y este óxido será un testimonio contra vosotros y corroerá vuestras carnes como fuego”? ¿Qué tiene razón o que cuenta un cuento? Hace casi dos mil años que fueron dichas o escritas estas palabras y ni vestidos pasto de polillas, ni oro ni plata oxidados y si bien la riqueza suele estar podrida, su estiércol sigue dominando, desde que el mundo es mundo, aunque al principio fuese de otra manera. Y… ¿va a acabar la situación?

Lamentablemente, al estucharte, me tengo que acordar de León Felipe: “Yo no sé muchas cosas, es verdad. / Digo tan solo lo que he visto. / Y he visto: / que la cuna del hombre la mecen con cuentos, / que los gritos de angustia del hombre los ahogan con cuentos, / que el llanto del hombre lo taponan con cuentos, / que los huesos del hombre los entierran con cuentos, / y que el miedo del hombre… / ha inventado todos los cuentos”. Incluso el que ahora nos cuentas. O, mejor dicho, el que queremos escuchar cuanto tú hablas contándonos tu cuento. Una cosa es la realidad y otra el deseo, que bien lo dejó sentado Luis Cernuda.