miércoles, 13 de marzo de 2019

006 Microcuento El discurso político


El discurso político

Antonio García Velasco



Pese al aguijonazo que le producían sus hemorroides, Adela Casciani, estuvo brillante en su discurso, embrujó con su labia, convenció con su verbosidad chispeante y, por supuesto, persuasiva.

-Mis más sinceras felicitaciones -le dijo el Secretario General del Partido.

-Pues más fastidiada estoy -respondió ella, sonriendo, no obstante.

-Debes estar satisfecha por los aplausos recibidos. Tu discurso ha sido genial.

-Pero las almorranas no me están dejando vivir -bajó la voz hasta hacerla confidencial.

-El resultado de las próximas elecciones será como un referéndum unánime a nuestras propuestas de gobierno. Ganaremos.

-¿Y pondremos en marcha una sanidad eficaz, garante de las salud de todos los ciudadanos?

-Y de las ciudadanas que padezcan hemorroides -sonrió el Secretario.

-No me hace ninguna gracia. Ya tendrías que estar como yo.

-Hay remedios, Adela.

-¿Y te crees tú que no me los aplico?

“Disculpa”, añadió. Se retiró a los servicios y se dio cuenta de que sangraba por salva sea la parte.

Murió desangrada antes de que la ambulancia llegara al hospital. Su magnífico discurso electoralista quedó como una simple marca en el recuerdo.



2 comentarios:

  1. Ante una sociedad con tendencia ascendente al materialismo, incluyendo en éste el poder, a veces caemos en la tentación de minimizar la salud. Como si pudiéramos comprarla apelando a las mentes más clarividentes y el acceso a la tecnología avanzada. El menosprecio del humanismo nos hace ensalzar los discursos, las actitudes y la personalidad triunfadora. Pero, dentro del triunfo actual hay una sangría de valores. Si la felicidad reside en la ética clásica: disfrutar haciendo el bien a los demás, estamos ante la macabra moda de un suicidio moral colectivo que aboca, para recuperar aquello que nos produce dosis de contento, en soledades eremitas inevitables. De ese arrope y bagaje en retroalimentación continuada penden los quebradizos hilos de un cambio esperanzador a corto plazo.

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  2. Juan de Humi, si mi microcuento ha sido capaz de suscitar tu comentario, ya me doy por satisfecho. Tus palabras ofrecen un contrapunto reflexivo digno de toda consideración. Gracias.

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