La maldiciente sáfica
Antonio García Velasco
Su habilidad para los endecasílabos
sáficos (acentos métricos en las sílabas cuarta, sexta u octava y décima) no tenía
parangón en estos tiempos de tanta poesía de verso libre tendente al prosaísmo
sin ton ni medida. Pero, al decir de críticos y detractores, algo manchaba sus
composiciones: el sarcasmo, la ironía, la maldiciente dicción. Era hermosa en
extremo y, al hablar con ella, no mostraba ni amarguras personales, ni poses
feministas injustificadas, ni, en principio, resentimientos hacia sus
semejantes, mujeres o varones. Un día se dejó seducir por el también poeta
Emilio Rueda, poseedor de significativos premios literarios.
Tres días después de aquella velada, anunciando
su próximo libro (Vates actuales en mi cama libre), publicó en su blog,
y también en Facebook, los siguientes endecasílabos con el título “Aquenio
poeta”:
Versos los tuyos de sublime canto.
Pero no canta de ese modo nunca
lo que permite que varón te llames:
gurrina escasa con tan poco aliento
que tus amantes para alzar contento
tal vez recurran como yo al consuelo
de un vibrador que no pesara tanto
como pesabas con tus versos tú,
que bien pesado recitabas versos
creyendo en liras que me daban luz.
Fue un polvorón sin aliciente alguno,
una fallida noche con un genio
de azules ínfulas inflado y torpe.
Yo te maldigo, te renombro Aquenio.
Emilio Rueda no quiso denunciarla, pese a
los consejos reiterados de sus amigos y seguidores. Ni siquiera cuando averiguó
que la bellota es un aquenio y no lamentable ripio consonante con genio:
“Todo lo que yo diga será usado para la promoción de su indecente libro”.
Me recordaste el dicho que mantenía aquello de que lo importante es que hablen de uno aunque sea mal.
ResponderEliminarLa guerra de guerrillas entre diferentes creadores viene de largo. Aunque el alcance de tales, rencillas, se haya quedado reducido (valga la redundancia) a reducido ámbito. El talento creativo debe ser espoleado en sí y por sí mismo. Del hontanar espontaneo y natural fluyen aguas más claras en beneficio de la colectividad pacífica que si surgen disputas por dilucidad dentro de qué fronteras se ubica.
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