El viaje a México
Antonio García Velasco
Marisa era teísta
y estaba afectada por neumococos. Cuando venció la pulmonía gracias a los
antibióticos prescritos por la especialista, decidió viajar a México. Por
Chiapas le picó una coralillo. No se percató de ello en un principio, pero
cuando empezaron los primeros síntomas (dificultades en el habla, visión doble
y parálisis muscular), al darse cuenta su amigo Juan Medina, la llevó con
premura a la consulta del médico que, de inmediato, le inyectó un antídoto.
—¿Para qué creó un
Dios comprometido en el mantenimiento y gobierno del universo las serpientes
venenosas? —le preguntó Medina con una ironía que, en principio, se le escapó a
la teísta.
Ella se le quedó
mirando, en silencio.
—Para que tú me
salves la vida llevándome al médico y yo te quede eternamente agradecida —respondió
con efectos retardados.
—Luego Dios quiere
que nuestra amistad vaya a más —dijo él insinuando un acercamiento amoroso.
—Somos libres de
interpretar tanto las palabras como los hechos —rio Marisa.
—¿Te sientes
mejor?
—Pienso
completamente neutralizados que del veneno han sido los efectos — respondió
trastabillando y trastocando deliberadamente la frase.
—Si manifiestas
sentido del humor es que te has recuperado. ¿Salimos?
—Prefiero quedarme
en mi habitación.
Juan la llevó en
su "carro" al hotel y, con cierta preocupación por la salud su amiga,
emprendió el camino hacia su casa. Un choque frontal contra un vehículo que
invadió su carril tuvo consecuencias letales para los conductores.