domingo, 25 de octubre de 2020

035 Microcuento LA INTENCIÓN DE PANDORA

 La intención de Pandora

Antonio García Velasco

 

La raíz de la pendencia era Pandora. Para unos su jarra estaba repleta de bienes que, al liberarlos, se fueron con los dioses y dejaron a los hombres rodeados de males y, acaso, un solo bien iluso, la esperanza. Para otros, la jarra de Pandora contenía todos los males y, al romperse, asolaron -asolan- a los humanos. Siempre quedaron a salvo los dioses, es decir, los listillos de turno que, a costa del pueblo viven, prosperan, hacen fortunas inmensas y se compran mansiones inexpugnables. Los dioses siempre ganan, estuviese la caja, jarra o ánfora de Pandora llena de bienes o de males.

Hesíodo, acaso descendiente del antiquísimo griego, autor de "Los trabajos y los días", puso a su hija el nombre de Pandora, sacrificó un recental para que algún dios le fuese propicio y preparó un brebaje para remediar los males humanos. Pero tal pócima sólo resultó ser un diurético, pues, al probarlo él, estuvo con el grifo de la orina chorreante durante cuarenta días y cuarenta noches.

Los dioses siguen disfrutando de sus olímpicos palacetes y riquezas abundantes; la humanidad sufriendo carencias, pandemias y, sobre todo, guerras, injusticias, represión, desigualdades, migraciones y otras mil desgracias.

La Pandora actual, hija del nuevo Hesíodo, se muestra como ecologista y redentora. Su propósito es acudir a los festines de los dioses, seducirlos y hacer que devuelvan los bienes a los seres humanos. O, como mínimo, los repartan.

—Si no lo consigo —dice—, al menos, les haré beber el brebaje que inventó mi padre y los tendré meando una cuarentena.


3 comentarios:

  1. Siempre es agradable leer algo que nos recuerde a los clásicos. Sin embargo, en este caso, la intención va más allá, se trata de un fiel reflejo de las circunstancias de la humanidad con sus diferencias sociales, desde el comienzo de las civilizaciones, y que retrata con suma precisión la realidad de nuestros días. En mí opinión, la evolución social no ha ido paralela al desarrollo científico y tecnológico, aún nos queda mucho camino por recorrer, quizás nunca se llegue a la meta. Me ha gustado, excelente.

    Ana Herrera

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    1. El progreso emana de la evolución ética del ser humano. Los avances tecnológico no merecen tal consideración. Son un paso atrás si no se aplican bien (resultan lo común) por su poder destructivo al servicio de armas bélicas, de la división comunicadora, del pensamiento alienante... La única receta redentora proviene de la fuerza de la bondad. Y, hoy por hoy, esta sumida en el olvido insolidario. Es una utopía. Ojalá, en algún momento, afrontemos su escalada.

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  2. Gracias, Ana, por tu comentario. Me ha gustado, especialmente, no ya el elogio, sino lo de "retrata con precisión la realidad de nuestros días". Comparto contigo la idea de que la evolución social no ha ido paralela al desarrollo científico y tecnológico.

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