Maruja Fernández y
el problema familiar
Antonio García
Velasco
Pese a sentirse
demasiado alterada por el serio problema familiar, aceptó la invitación a
realizar aquella excursión. Contemplaba el Papamoscas de la catedral de Burgos
y, en el momento en que el autómata comenzó a accionar con su brazo el badajo
de la campana, experimentó una fuerte taquicardia y la salida de sangre de las
fosas nasales.
-¡Me muero!
-Rezongó.
Por suerte, los
compañeros del grupo llamaron a urgencias y la ambulancia acudió en muy poco
tiempo. Le diagnosticaron hipertensión arterial y la dejaron en observación
hospitalaria. Al día siguiente le dieron el alta con un tratamiento regulador
de la tensión. Se sentía fofa, decaída, como cansada.
En su reposo, tuvo
tiempo de rumiar ciertas decisiones pendientes. Y, muy resolutiva, dijo a su
marido:
-Hasta aquí hemos
llegado. Lo siento mucho. Pero no aguanto más tus borracheras. O te buscas un
médico que te ponga un tratamiento, o acudes a Alcohólicos anónimos o, de
cualquier modo, pones remedio a tu alcoholismo. De lo contrario, nos separamos
hoy mismo.
-Está bien. Pero
déjame que, al menos ahora, me tome mi cervecita.
-Creo que lo tuyo
no tiene solución -dijo muy preocupada-. Te advierto que hablo muy en serio y
no estoy dispuesta a aguantar más tu bebida.
-¡Está bien, está
bien! No me tomo la cerveza y, ahora mismo, llamo a Alcohólicos anónimos.
En aquel momento
lo llamaron los amigos, se despidió de la esposa y salió de la casa.
Maruja sufrió un
ataque al corazón que la separó para siempre de su marido.
Si usted ha escrito el libro "Amores y tiempos: relatos", pienso comprarlo, leerlo y difundirlo en el Diario Jaén. Mi próximo artículo en el Diario Jaén es sin duda alguna sobre su libro de poemas, que le enviaré este artículo a usted mismo en cuanto esté publicado. También está pendiente la lectura de su novela.
ResponderEliminarGracias, Encarnación. "Amores y tiempos" es un libro de relatos que publiqué hace ya algunos años.
EliminarBuen relato Antonio, con su punto de humor negro incluido.
ResponderEliminarGracias, Maribel.
EliminarAntonio, ¡Que fino talento de expresar una realidad profunda con tan pocas palabras, y con un desenlace sorpresivo!
ResponderEliminarHistorias del día a día. Quizás Maruja tenía que haber dado este ultimátum mucho antes a su marido; a veces las cosas suceden demasiado tarde. Efectivamente, el final es sorprendente, encierra la fuerza del relato. Feliz Navidad, estimado Antonio.
ResponderEliminarHistorias del día a día. Quizás Maruja tenía que haber dado este ultimátum mucho antes a su marido; a veces las cosas suceden demasiado tarde. Efectivamente, el final es sorprendente, encierra la fuerza del relato. Feliz Navidad, estimado Antonio.
ResponderEliminarRespiramos un aire de cierta o bastante dejadez acomodaticia en la "progresía" tecnológica hacia humanoides robotizados. ¿Será por eso que estamos, también, actualizando el refrán: "Más mata la receta que la escopeta"?
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