viernes, 26 de septiembre de 2014

Minicuentos, minipoemas

Minirelatos, minipoemas en Twitter
Antonio García Velasco

Anuncié en Twitter la publicación de minirelatos y minipoemas. Y comencé a hacerlo. Es todo un desafío sugerir una historia en tan sólo 140 caracteres. A veces es necesario comprimir demasiado. Pero es grato el resultado cuando se ha conseguido. Estos son algunos de los "twitteados":

 1. Los números no cuadran / en mi cuenta corriente.// Un saldo rojo intenso con espada / marca su trazo firme, indiscutible.

2. Me rindo a la evidencia: / no es descuadre, tan sólo es que mis gastos / superan mis ingresos.

3. Mas dinero no compra / los objetos su suplan / soledades de amor.

En medio de la noche, en plena autovía, se me para el coche. De nuevo me han robado la gasolina. ¿Se lo va a creer la policía?

Amor, cariño, mi bien, ¿has soñado conmigo? Sí, mi cielo, tuve una horrible pesadilla. Tan horrible que no te la podrás creer?

Dicen que los ordenadores nunca se equivocan. Será, pues, el error del informático: Hacienda me ha devuelto cien mil euros. ¿Qué hago?

Al abrir el libro por una página al azar, encontré la clave: erradicar todo lo negativo era la consigna: toda la corrupción, por ejemplo.

¿Miedo a la oscuridad? Miedo a la luz del sol que me hiere las pupilas con sus punzadas de afiladas espadas. En un nicho oscuro permanezco.

El perro más pacífico, de pronto, siente un arrebato y se come a su dueña. No da crédito a lo ocurrido y vive la amargura del remordimiento.

Por lo menos, no cansará la lectura de cada una de estas unidades. Seguiremos.

jueves, 14 de agosto de 2014

Robar



Robos y ladrones
Antonio García Velasco

Aplaudo la reflexión del anónimo “Podemos” a propósito de mi columna “Del poder y el dinero” (Diario la Torre, 07/08/2014). “Lejano siglo XX”, aunque con y como juego literario, propio de la creación artística, plantea la utopía de otros mundos posibles, de otras sociedades con auténtica justicia distributiva, regidas por la inteligencia y no por la ambición de adinerados o/y políticos. Son sociedades que tienen que ir construyéndose ya. Estamos muy lejos de la Era Edénica y sólo la voluntad de todos los ciudadanos, vibrando en los mismos afanes, puede acercarnos a algo parecido a una sociedad justa, sin espabilados ladrones que se aprovechan de su poder para mangar a los demás; que se aprovechan de su fuerza, influencias y medios para someter al resto; que no tienen otras miras que medrar personalmente, bajo la consigna, “ande yo caliente / y que me vote la gente”.

Recuerdo una novela en la que el personaje, musulmán por más señas, bebedor de whisky, a escondidas y en contra del Corán, justificaba su afición afirmando que el único pecado digno de condena es el robo y a ello reducía todas las conductas negativas. Matar, por ejemplo, es uno de los peores robos, no sólo el de la vida a la víctima, sino, también, el del ser querido a sus familiares y amigos. Bombardear y destruir casas es robar la vivienda y enseres a muchos otros. Robar es también administrar mal y, sobre todo en provecho propio, los dineros públicos, conseguidos a base de impuestos no siempre justos. Robar es la atribución de sueldos desorbitados, por más que digan algunos que si no es por los sueldos altos, los puestos público-privados de mayor responsabilidad no estarían en manos de los mejores. (Pero, ¿quiénes son los mejores? ¿Para qué necesitamos a esos “mejores” u “honorables”, por ejemplo, con cargos que son aprovechados para amasar delictivas fortunas? ¿Para qué o para quiénes son tan “mejores”?). Provocar una guerra es crear un clima de robos generalizados… Y podríamos seguir los ejemplos, sin duda.

A nadie puede extrañar el grito multitudinario “Estamos de ladrones / hasta los cojones”. Como nadie puede condenar aquel grito de las paredes primero y de las piedras y cascotes de su destrucción de después: “Las leyes que no nacen del corazón de todos los humanos reunidos son putas, asquerosas leyes”. Es el argumento de un cuento, aún inédito, que escribí en los años setenta, antes de que la dictadura perdiera su caudillo y adquiriese formas más sutiles de dominio, control y explotación de masas.


viernes, 8 de agosto de 2014

Del poder y el dinero

Del poder y el dinero 
Antonio García Velasco

 Señor Conde Lucanor -dijo Patronio-, en un país tenían la costumbre de elegir a un hombre como señor para un solo año, durante el cual lo obedecían en todo. Pero al terminar el año, le quitaban cuanto poseía, lo llevaban a una isla desierta y lo dejaban desnudo, sin permitir que nadie lo acompañara. 


Urge, sin duda, arreglar –regular- los asuntos político-sociales y dejar fijados sueldos, prebendas, privilegios, pensiones de los políticos. Como urge solucionar el problema del paro y el de las desigualdades sociales. Una acertada justicia distributiva nos proporcionaría grandes beneficios a todos. Pero, a la corta, perjudicaría a quienes tanto han “trincado” de la sociedad en la que vivimos, dueños del poder, por otra parte. Y, al fin y al cabo, ¿para qué? ¿Para tener los millones almacenados en bancos foráneos? ¿Para disfrutar de una tranquilidad por el respaldo de lo que han guardado? ¿Por alardear de poder y dinero? ¿Para ser o tener más que otros? (Ser y tener son cosas bien opuestas). ¿Para sentirse pagado por su “astucia”, “gobierno”, “gerencia”, “manipulación”? ¿Por ambición sobrada?

 Si estuviese escribiendo un sermón recordaría aquello de “Por este mundo vano, fugaz, perecedero, / no pierdas nunca el otro, mucho más duradero”. Pero los sermones son para los curas y obispos en las iglesias y hoy nadie parece escucharlos y seguir una conducta para ganarse el cielo, acaso sí, “el pan nuestro de cada día”.

Si fuese un juez indagaría para ver el crimen que siempre se esconde tras las grandes y muchas medianas fortunas. Y, acaso también, de los grandes sueldos desorbitados e injustificados. Pero, ahora, sólo soy una persona que reflexiona, piensa en voz alta, copia sus pensamientos con un teclado y un procesador de textos, gracias a una máquina multiusos. Acaso el consuelo de formar parte del Humanismo solidario y de imaginar mundos utópicos y plasmarlos en una novelita como “Lejano siglo XX”.

lunes, 4 de agosto de 2014

Lejano siglo XX

LEJANO SIGLO XX
Antonio García Velasco
 
En Amazon se acaba de publicar mi libro LEJANO SIGLO XX, una novela de ciencia y ética ficción. Esta es la pantalla de anuncio:
Espero, simplemente que los lectores no se sientan desfaudados por los episodios que se cuentan, situados en el año 3945 de la Era Edénica, pues en una especie de edén viven los humanos, con un solo problema: no todos pueden esperar satisfactoriamente el alcanzar la mayoría social de los sesenta años, edad de la adquisición de responsabilidades y, por supuesto, de un trabajo, no remunerados, pues todos pueden gozar de todo con absoluta libertad. La utopía está servida.

martes, 22 de julio de 2014

Número 2 de Sur. Revista de Literatura



Se ha prendido a la luz de Internet, el número 2 de SUR. REVISTA DE LITERATURA. Si en el primero, en homenaje a Albert Camus, se publicaban una serie de artículos de estudio y acercamiento a la obra de este autor, ahora diversos autores se unen a la conmemoración de los 75 años de la muerte de Antonio Machado con artículos sobre su obra y/o su actitud vital, en la esperanza de que sirvan para conocer mejor al poeta sevillano, andaluz, universal.
La revista abarca cuatro secciones: Artículos del homenaje, Creaciones, Reseñas y Primeras páginas. Tiene un total de casi 240 páginas.

Acceso en: www.sur-revista-de-literatura.com

domingo, 1 de junio de 2014

El estado presente de nuestra cultura y sociedad



El estado presente de nuestra cultura
Antonio García Velasco

Se me acercó con tiento y casi en un susurro me dijo al oído: “El estado presente de nuestra cultura, incierto y un tanto enfermizo, con desalientos y suspicacias de enfermo de aprensión, nos impone la crítica afirmativa, consistente en hablar de lo que creemos bueno, guardándonos el juicio desfavorable de los errores, desaciertos y tonterías”.

-¿Por qué me lo dices? –pregunté como quien se defiende de un ataque inesperado. ¿Acaso no hablo sólo de los libros que me gustan? ¿Acaso no evito las críticas directas a personas concretas?

-No te me ofendas –contestó-: “Se ha ejercido tanto la crítica negativa en todos los órdenes, que por ella quizás hemos llegado a la insana costumbre de creernos un pueblo de estériles, absolutamente inepto para todo”.

-Si lo dices porque son muchos los que ponen el grito en cielo a causa de que, en las últimas elecciones, como en las primeras, los andaluces seguimos votando al psoelismo, pese a sufrir la mayor tasa de desempleo de España, en general y, mucho más en los jóvenes; pese a los recortes típicamente andaluces aunque disfrazados de generales; pese a los bajos niveles educativos respecto al resto de país, aunque ya éste va a la zaga de muchos otros; pese a no reaccionar frente a los ERES fraudulentos y otros síntomas de corrupción… ¿Por ello nos creemos un pueblo de estériles, absolutamente inepto para todo?

-Sólo te digo que “Tanta crítica pesimista, tan porfiado regateo, y en muchos casos negación de las cualidades de nuestros contemporáneos, nos han traído a un estado de temblor y ansiedad continuos; nadie se atreve a dar un paso, por miedo de caerse”.

-Me lo dices como si yo fuese el encargado de remediar esta situación. ¿Por qué?

-Te diré que, ciertamente, “Pensamos demasiado en nuestra debilidad y acabamos por padecerla; creemos que se nos va la cabeza, que nos duele el corazón y que se nos vicia la sangre, y de tanto decirlo y pensarlo nos vemos agobiados de crueles sufrimientos”.

-Advierto, quizás, que vemos la mota en el ojo ajeno y no vemos la tonelada de estiércol que nubla el nuestro. Advierto cierta complacencia en referir el mal. Pero de ahí a lo que me estás diciendo…

-“Para convencernos –me interrumpió- de que son ilusorios, no sería malo suspender la crítica negativa, dedicándonos todos, aunque ello parezca extraño, a infundir ánimos al enfermo, diciéndole: «Tu debilidad no es más que pereza, y tu anemia proviene del sedentarismo. Levántate y anda, tu naturaleza es fuerte: el miedo la engaña, sugiriéndole la desconfianza de sí misma, la idea errónea de que para nada sirves ya, y de que vives muriendo»”.

-¿Me quieres decir, de una soberana vez, qué pretendes de mí con tal discurso?

-“Convendría que los censores displicentes se callarán por algún tiempo, dejando que alzasen la voz los que repartan el oxígeno, la alegría, la admiración, los que alientan todo esfuerzo útil, toda iniciativa fecunda, toda idea feliz, todo acierto artístico, o de cualquier orden que sea”.

Se dio media vuelta y se alejó a grandes zancadas. Me dejó el poso de la intriga, el malestar de quien se siente acusado, el nublado triste de los incapaces de comprender.

Pero, acabo de desentrañar su juego: no es que pretendiese que todos escribiésemos La buena noticia de Manolo Montes. Es que acababa de leer el prólogo de Benito Pérez Galdós a la novela La Regenta de Clarín; había llamado tanto su atención la actualidad de sus palabras, que las hizo suyas y las iba repitiendo como el maestrillo que siempre recita su librillo.

domingo, 25 de mayo de 2014

La revista SUR. REVISTA DE LITERATURA



SUR. REVISTA DE LITERATURA

El colectivo "Grupo Málaga" de escritores, integrado mayoritariamente por miembros de ACE-A, ha impulsado la creación de la revista digital "Sur. Revista de Literatura" abierta a la participación de autores y creadores, en general. 

Su primer número puede visitarse en la dirección


Este primer número está dedicado a Albert Camus, de modo que todos los artículos e ilustraciones versan sobre aspectos de la vida, personalidad, ideas y obra de este autor, Premio Nobel de Literatura en 1957. Atendiendo a la calidad de los trabajos publicados, ningún estudioso o seguidor de la obra del autor de La peste, podrá prescindir de la consulta del número 1 de Sur. Revista de Literatura.
Además se incluyen obras de creación, tales como poemas y teatro. En números posteriores se incluirán reseñas y primeras páginas de obras recién publicadas: primer capítulo de novelas o de ensayo, primeros poemas de libros de poesía o primeras escenas de obras de teatro.
La revista está abierta a la colaboración de quienes deseen colaborar con trabajos de cierto rigor y, por supuesto, de calidad literaria.