domingo, 8 de noviembre de 2020

036 Microcuento LA NEGACIÓN

 



La negación

Antonio García Velasco

 

Como si fuese dueño y señor del cortijo, acababa de subirse el sueldo y tanta era su penetrante infatuación que, cuando ella rechazó su propuesta de fornicar, se resolvió en rabia hirviente, en ebullición descontrolada, en ascenso a los cielos nubosos en forma de vapor y niebla.

Sólo me he negado a su proposición. No tengo la culpa de su infarto explicó Rocío.

Era demasiado vanidoso para aceptar un no. Y menos mal que no te obligó a someterte al polígrafo de la verdad para ver si auténticamente te negabas o querías hacerte de rogar.

Pues lo siento, pero no es no.


 


7 comentarios:

  1. Hay que aprender a decir no, y también a aceptarlo. Los elementos y situaciones de la vida moderna siempre presentes en tu obra. Un saludo, Antonio.

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  2. Subirse el sueldo... Ya está corregido. Gracias a Ana y a Antonio. Estaría pensando en subirse del suelo al pedestal de la infatuación.

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  3. A la gente o gentuza de buen vestir, paladear y bolsillos repletos les seducen los "tataretes" egocéntricos. Por eso, cuando caen en desgracia (rechazar lo que pretenden), se desploman como los tataretos de un trompo que pierde la fuerza de su inercia prepotente.

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  4. Vanidosos: a quienes les hipnotiza lo vano. ¡Caramba, cuanto hipnotizado de este tipo encuentro cuando abandono mi soledad!

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  5. Entre "No es no" y "sí es sí", en prolegómenos de situaciones íntimas amorosas, no siempre resulta necesario el lenguaje hablado (cual una solicitud administrativa). En la mayoría de las situaciones basta con mostrar una predisposición o la contraria. Si no, la mayoría de especies tendría muy difícil la procreación, o sea, el derecho a la vida en este paneta donde es tan propensa y variada. "Lo natural es natural".

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  6. El "no es no" también puede tener un carácter transitorio, por aquello de nunca se puede decir "de este agua no he de beber", dependerá de la sed y de lo que se tenga para apaciguarla. Pero en este caso, sin entrar en la metáfora, deduzco que el no de una persona a la petición de otra nunca se ha de entender como el culpable de los actos del rechazado, aunque este lo pretenda.

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  7. Estas modernas sentencias de retroceso intelectual, auspiciadas desde representantes sociales y difundidas por medios de comunicación, cierra el paso a la comprensión natural del lenguaje. Sí, es una afirmación. No es una negación. Así de simple. Luego, están los matices. Uno de ellos puede ser el carácter transitorio, en determinados casos, al que alude Antonio Porras. Y, otros dependen de la evolución de las circunstancias al que los hablantes adaptamos nuestra manera de comunicarnos sin necesidad de artificios que producen sonrojo: proyectan eslóganes parciales e interesados.

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