Finalizando el año dos mil veintiuno
Antonio García Velasco
Estaban esperando, atentos a lo que aconteciera. Y, de pronto, se iluminó la zona: había nacido un Niño. Con luces y canciones, la nueva fue anunciada. ("Amaos los unos a los otros"). Indiscernible el significado de aquel acontecimiento. Pero algo iba a cambiar, y cambió, en el mundo. Mas, ¿cuántos miles de años habrá que esperar para el cambio definitivo? ¿Cuándo el diente se convertirá en rumbón? ¿Cuándo la riqueza, la abundancia va a subdividirse hasta alcanzar a todos en la misma proporción? ¿Cuándo el ojo verá la luz y la verdad? ¿Alguna vez el corazón se percatará de los latidos de todos los demás humanos, hermanos? Con luces y canciones se continúa anunciando la nueva y estamos ya finalizando el año dos mil veintiuno y para tantos no pueden ir peor las cosas. A lo mejor, mañana, nace una Niña y en el mundo se doblan los motivos para encontrar la paz, la armonía, la igualdad, la fraternidad, la libertad. ("Cambiad el egoísmo por el altruismo").
Triste, desolador, real como la vida midma. Cabe esperar lo mismo de una niña?. Es de temer que por el estilo. Muy bonito Antonio. Gracias
ResponderEliminarLa necesidad de cambio y asumir de una vez que esta realidad de ahora es insostenible, hacen de esta reflexión un paradigma que ojalá se cumpliera. Si nada es para siempre, bienvenidas todas las propuestas que apuntalen ese anhelado altruismo y empatía. `A lo mejor nace una Niña y en el mundo se doblan los motivos para encontrar la la paz...` ¿Dónde hay que firmar para que esa posibilidad se convierta en fehaciente milagro? Feliz Navidad Antonio, profesor y cuentista de ilusiones. Gracias. / Joaquín Palmerola
ResponderEliminarYa nacieron, como simbolismo de almas complementarias Adán y Eva. Ya muchas personas dan testimonio del concepto de prójimo abandonando el materialismo para cooperar con los más necesitados. Ya la semilla está sembrada aunque las cosechas sigan siendo exiguas. Queda abolir las jerarquías prepotentes. Queda desertar de la alienación. Queda proliferarse cada uno en sí hacia la continuidad solidaria. La esperanza reside en el movimiento de las virtudes como eje tanto de rotación como de traslación existencial.
ResponderEliminarExcelente reflexión Antonio, es necesario un cambio para que el mundo sea más igualitario. Pero el ansia de poder y el ego del ser humano es muy perjudicial. Tengamos la esperanza en las nuevas generaciones, quizás ellos logren ese ansiado cambio para la humanidad. Felicidades!!!!!
ResponderEliminarDe nicolasgh2015@gmail.com
ResponderEliminarTrataré de dar a la pregunta básica de este Microrrelato, una Microrrespuesta, aunque estimo que la tarea es Macrodifícil...
La pregunta crucial puede ser: "¿Cuántos miles de años habrá que esperar para el cambio definitivo?"
Y no creo que debamos esperar tal cambio... Somos ya 7000 millones de personas en la Tierra, no es factible, en pura lógica, que todos a la vez vayan a llegar a ningún acuerdo.
Para enfocar el blanco a conseguir, debemos apuntar al ser humano individual, uno a uno, que de suyo, cada cual es un Microcosmos...
Y entonces el tiempo de vida para que ocurra el cambio se reduce a poco más de 90 años, si no son menos.
Y ¿qué tiene que ocurrir?
Pues una metanoia... Una transformación mental, una nueva toma de conciencia, optando por el bien en lugar de por el mal
Y esto no suele ser público sino privado... Cada alma tiene su "almario".
"Nadie sabe lo que hay en el corazón del hombre"...
¿Y si resulta que "los más son buenos"?
¿Y se ha conseguido lo increíble, la revolución interna e individual de una parte sustancial de la humanidad?
¿Qué juez conoce esto a fondo?
¿"Qué sabe nadie...?
Lo dicho. El Microrrelato tenía carga de profundidad...
Las Navidades efectivamente no serán plenas hasta que exista el equilibrio por lo menos en la igualdad de oportunidades para todos.Muy felices Navidades../María Serena.
ResponderEliminarVivimos en el mundo creado por los seres humanos. Mientras el poder y la riqueza sean las alas de unos pocos, será difícil para los otros. Los que creemos en el bien común tendremos que aportar una buena dosis de generosidad.
ResponderEliminarMagnifico relato que manifiesta la necesidad de un cambio en el mundo, que la maldad y las injusticias den paso a la fraternidad, a la igualdad, a la generosidad, a la importancia de sembrar semillas bondadosas que den frutos sanos de mente y altruistas.
ResponderEliminarEl escritor y, en este caso, Antonio García Velasco, tienen en su mano el poder de contribuir a mejorar el mundo con la palabra que dejan escrita y que es imborrable. Gracias.