Minos y el laberinto
Antonio
García Velasco
Quedaría el juramento en rabieta de
adolescente, si bien Minos suspendió el curso. No obstante, pasó al siguiente
por una enredada ley de educación que impedía que los estudiantes repitieran.
Cuando
Minos, pasados los años, se percató de que permanecía en el laberinto de la
ignorancia, buscó a don Julián para decirle: "Feliz Año Nuevo, profesor.
Le ruego me ayude a encontrar la salida".
Jajajajaj muy bueno, feliz año.
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ResponderEliminarDe nicolasgh2015@gmail.com
Minos acertó cuando buscó a don Julián para que le ayudará a salir del laberinto...
El conocimiento, el saber, es una ayuda para la virtud.
"Se es bueno en lo que se sabe, y malo en lo que no sé sabe".
Lo afirmó Platón, y Sócrates ya había indagado en la misma idea...
"¿Opinas tú, Protágoras, que se hace siempre lo que la ciencia ordena, que la inteligencia por naturaleza defiende al hombre contra cualquier tipo de ataque?
-"Creo, Sócrates, lo que dices, y sería vergonzoso para mí, negar que son la ciencia y la sabiduría lo más fuerte que hay en la naturaleza humana.
-No se puede responder mejor ni con más verdad".
Es natural, por sus pocos años, que la inexperiencia del alumno lo confine en el laberinto de la ignorancia. Y por consiguiente, que busque el agua fresca del saber en el pozo de la sabiduría, de la que es guardián el maestro.
Tener como referencia la eterna amplitud de la palabra vida, significa no permanecer estancado. El impulso de comprender nos hace sabios en la limitación de nuestro entorno. Querer descubrir implica la madurez contenida en el esfuerzo. Querer sacar provecho implica perder el tiempo en materialismo concreto. Querer una educación para el bien común implica rezumar un hálito de superación continua. ¿ Qué nos deseamos y qué nos aportamos con reciprocidad cada vez que nuestro planeta termina de darle una vuelta al Sol y comienza otra nueva?
ResponderEliminarImperdonable error el de Minos. No me ha extrañado que Don Julián lo haya suspendido "de por vida". No anda muy sobrado de cacumen. Con todo, debe estar contento. El Destino parece haber cambiado de opinión: en él no se ha cumplido la fatalidad de ser suspendido "de la vida" a manos de la veloz espada de Teseo. Para mí que más que dedicarse a parabienes y otras zarandajas, debería contactar con su amiga Ariadna y engancharse al hijo temático que la joven ha abierto hace unos días y que parece no tener fin. Yo, al menos, haría eso.
ResponderEliminarCORRIGENDA: Ubi dico "hijo temático", id est "hilo temático", para referirme a una de esas interminables conversaciones escritas que suelen darse en Facebook u otra red social. Vale.
EliminarMagnífico relato para dedicarlo a cada uno de nuestros profesores y profesoras en nuestras vidas.
ResponderEliminarBonito relato.Al final todos nos acordamos de nuestros maestros.En el caso de Minos tuvo que recurrir a èl cuando se vio atrapado en el callejón sin salida de la ignorancia.Si hubiera prestado atención cuando le explicaba su maestro sabría que los medios suman igual que los extremos y que un laberinto siempre tiene salida,solo hay que esforzarse en encontrarla.Feliz año./María Serena.
ResponderEliminarIndudablemente nos encontramos en este relato con otro laberinto al explicar o intentar pretender hacer un comentario sobre el relato breve, tan sencillo y a la vez tan complicado para entresacar lo que se oculta o se expone en el mismo, dada la forma de entender la situación a que nos mueven los valores en que se desarrollan las relaciones humanas.
ResponderEliminarAl principio nos lleva el protagonista, Minos, a perderse en el laberinto de la explicación de Don Julián, su profesor; después se lanza con su declaración de principio a vengarse con otro laberinto; Para a través del tiempo perderse Minos en el laberinto final de la ignorancia, e iniciar nuevamente la historia de los enredos que nos ofrece la vida, pidiendo, por su complejidad, la ayuda de quien antes renegaba.
Podemos decir que la vida está llena de complejas situaciones, por lo que nadie está exento de solicitar apoyo para resolver las dificultades que se nos presentan.
El relato que se construye con cuatro párrafos escuetos, se nos reduce incluso más porque uno de ellos, el tercero, solo pretende acercar la historia a nosotros, alejado de la mitología griega. Esa traslación de la mitología al momento actual, juntamente con otra frase propia de cualquier época, que nos evoca la vivencia del presente, y referida a la ignorancia, es el fruto que nos introduce en el estudio de los propósitos, de las intuiciones, de los razonamientos y de la búsqueda de cualquier hecho para conocer mejor las cosas y llegar a su entendimiento.
el poder del conocimiento no tiene límites por muy complejos que sean los razonamientos que por ignorancia deseamos desentrañar.
El autor nos muestra siempre la idea de relatar hechos tan sencillos como complicados son los alardes para descifrar su significado final.
Hay situaciones que a veces se vuelven en tu contra. Así es la vida, sobre todo, si se actúa desde la inmadurez y nos falta capacidad para confiar en quien educa. Siempre me sentí atraída por este mito.
ResponderEliminarUna vez más, relata una realidad incuestionable: la importancia del conocimiento y de los profesores. La ignorancia es muy mala compañera.
ResponderEliminarMicrorrelatos, los de Antonio García Velasco, que encierran enorme sabiduría.