El delineador
Antonio García Velasco
Costaba un gran esfuerzo de atención seguir sus explicaciones, pues su ronquedad redujo el timbre de su voz a niveles de susurro. Pero su empeño y constancia suplían aquella peculiar forma de hablar. Otra cosa era el dibujo: como delineador no tenía par. A sus diseños añadía su verso cálido, ígneo, en extremo expresivo y desconcertante.
Tenía dos hijas guapísimas y plenas de inteligencia y hablar discreto y acertado.
Su esposa, una mujer apuesta, elegante, culta compartía con él, y celebraba, el contento de sus creaciones y, a veces, le hacía oportunas sugerencias.
La
línea recta no existe en los cauces de la vida cotidiana. --------------------------------------------- No existe por más que insiste quien nos
muestra la avenida del
nirvana. |
En
una ocasión lo invitaron a leer sus versos en el Ateneo y rehusó alegando su
ronquera crónica.
Publicó un libro de aforismos rimados y dispuestos en breves estrofas. En la portada, una línea recta y la sextina de pie quebrado "La línea recta no existe".
"Ser o no ser", he aquí el trasfondo de este Microcuento.
ResponderEliminarEl arqueólogo genial, el diseñador riguroso, era insuperable en el dibujo..
Y aquí él mismo descubre que, la base fundamental de su obra, el dibujo lineal es una quimera...
Reconoce su perplejidad... Y aun arropada con su poesía, no puede superarlo:
La base de sus planos, la línea del debujo, más aún "la línea recta no existe" en nuestro mundo...
Ya lo sabía cuando estudiaba "Los Elementos de Geometría", de Euclides.
Que en sus primeros axiomas establece:
"El punto no tiene extensión".
"La línea recta no tiene grosor".
Es decir, el delineador del cuento, jamás ha dibujado una recta. Es imposible.
La huella que ha dibujado con lápiz y regla, no es más que una mancha grosera de partículas de carbono dispersas por el papel. Lo confirma la lupa o el microscopio... Y claro, tiene grosor... No es una recta euclídea.
Ya en nuestro tiempo, la última palabra en Geometría se la debemos al matemático David Hilbert, que en su obra "Geometría métrica", define la recta como:
"La recta es un conjunto denso de puntos".
¡Ah! , ¿la forman puntos?
Pues ya dejaron claro los griegos clásicos, que "el punto no tiene extensión... Es decir no lo podemos conseguir en un dibujo ni con lápiz ni con tinta, que están formados por átomos materiales.
La recta es un concepto, una idea pura. Es inmaterial.
Pobre delineador, su arte sobrepasa el rigor existencial...
Pero, y el delineador, ¿existe?
Cuando finalmente lo encontraron en su butaca, parece que no...
¿Ser o no ser?
.
La línea recta, por definición en un mundo “esferiforme”, no puede existir, ni ser dibujada sobre ninguna superficie que se ajuste a la esfera terrestre; eso, tal vez lo pudieran defender los terraplanistas. Mas, si a primera vista pudiera parecerlo, al ampliar la imagen, los propios bordes malforman su rectitud presumida. Pero, tampoco es posible que, en sentido metafórico se aplica a nuestra vida, ya que estamos sometidos, como sistema abierto, a los influjos del medio que nos contiene o nos acompañan, con sus variables moduladoras que repercuten en este mundo bipolar de vaivén sistemático y sostenido en equilibrio en los cauces de la vida cotidiana.
ResponderEliminarSin embargo, nos engañamos al aplicar la tolerancia asumiendo la insignificancia de las desviaciones, y consideramos normal o recto todo aquello que se mueve dentro de la plataforma homeostática de los sistemas abiertos, pero que, al afinar y reducir esa plataforma al mínimo, saldrá de ella pasando a ser anormal.
Mas mi pregunta sería si ese estado de beatitud total, que se le supuso, podría ser considerado como esa línea recta en contacto espiritual con su dios, ese éxtasis que abduce el espíritu y lo arranca del influjo de todo lo que le influye y altera su linealidad. Pero, no pudo ser, el supuesto éxtasis, el nirvana espiritual, era la muerte… y la muerte, tal vez, más que una línea recta, sea un punto y final.
Magnífico, no hay nada más que añadir. Un saludo
ResponderEliminarUn micro muy interesante. reconocer que he buscado lo que es un "hipocausto romano"; descubro que es un sistema de calefacción que dotaba a las casas romanas del calor necesario para los versos cálidos y ardientes de nuestro delineador.
ResponderEliminarEfectivamente, el relato da pie a múltiples interpretaciones, como vemos en las sabias palabras de Nicolás y de Antonio. Sin duda, introducir la simetría, la métrica, la filosofía, de manera tan equilibrada y con tanta originalidad, levanta la curiosidad.
La línea recta en la vida cotidiana no existe, y en geometría, según nos aclara Nicolás para Euclides tampoco. después Lobachevski y Rieman con sus geometrías esféricas, ya ni te digo, así nos lo recuerda Antonio Porras también.
En fin, como vemos, ha dado de sí.
Relato profundo y metafísico.El profesor después de hacer muchas líneas llega a la conclusión de que la linea recta no existe en esta vida.Efectivamente la vida está llena de lineas curvas y quebradas,como la voz del profesor.Así mismo descubrió que el camino hacía el estado de paz absoluta tampoco existe en esta vida, tal vez exista en la otra y lo estè disfrutando el profesor./María Serena.
ResponderEliminarExcelente micro relato la vida misma es una sucesión de imaginarias líneas rectas. Gracias Antonio cómo siempre nos deleitamos con tus historias. Abrazo
ResponderEliminarFuera y aparte del meollo de la cuestión que trata este singular microcuento, analizado en profundidad por tantos buenos amigos,me llama la atención cómo el autor logra en tan corto espacio aportar en alrededor de dieciocho afluentes accesorios, otros tantos temas susceptibles de ser analizados por separado porque nada tienen que ver con la supuesta línea recta de la vida que, ciertamente, es imposible encontrar. De modo que el microrrelato da pie a profundizar aún más en otras cuestiones, lo que le convierte en doblemente atractivo por su infinita imaginación. Bravo Antonio,una vez más. / Joaquín Palmerola
ResponderEliminarExcelente relato para describir lo efímera y desconcertante que es la vida. La muerte es lo único inevitable y certero.
ResponderEliminarSegún las matemáticas, la línea recta es una sucesión de puntos con distintos grosores: imposible materializarla. Según la filosofía, los conceptos de linealidad y rectitud se trenzan en la moral. Según los antropólogos, todos los saberes deben repercutir en el desarrollo del hombre, como especie. Una mínima introspección filantrópica nos hace entender que cuánto nos rodea y cuanto hemos creado para nuestra evolución, lejos de hacerlo monolítico debemos entenderlo y aplicarlo subordinado a la causa de cada momento.
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